LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Thursday, October 28, 2010

INDUSTRIA. EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA.






INDUSTRIA



EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA DE VÁCLAV JIRÁSEK SE PRESENTA COMO ANTESALA DEL FESTIVAL AL ESTE DE LIMA



INDUSTRIA, una exposición del fotógrafo Václav Jirásek, uno de los artistas gráficos más destacados de la República Checa, será inaugurada el viernes 29 de octubre, a las 7 pm, en el Centro Cultural Inca Garcilaso de la Cancillería -Jr. Ucayali 391, Lima- con música electrónica de I AM GENKO en vivo.



La muestra sirve de preámbulo a la tercera edición del
Festival de cine de Europa del Este “AL ESTE DE LIMA”, y es organizada por la Embajada de la República Checa, Soda Films y el Centro Cultural Inca Garcilaso. La misma, tendrá lugar hasta el 28 de noviembre y se podrá visitar de martes a sábado de 10 am a 7:30 pm y los domingos de 10 am a 6 pm. El ingreso es libre.



En
INDUSTRIA, Václav Jirásek aborda como tema la decadencia de la industria metalúrgica. A través de un conjunto de fotografías a color, de gran formato, muestra fábricas "moribundas", aquellos "monumentos al trabajo" que en la Revolución Industrial del siglo XIX simbolizaron el dinamismo y la prosperidad. Fábricas vacías, silenciosas y en ruinas. Máquinas enmudecidas y oxidadas. Polvo y escoria. Una metáfora del frustrado sueño europeo de progreso.




Una parte del proyecto documenta la arquitectura de la fábrica. Los edificios viejos se entrelazan con tuberías y cables en desuso que se asemejan a lianas en una jungla.
Jirásek se imagina así el futuro apocalíptico de nuestro planeta. La otra parte comprende retratos de los propios trabajadores como "productos" de su entorno.



INDUSTRIA fue presentada por primera vez en la galería Rudolfinum de Praga (2006). Este año se exhibirá en Lima, Ámsterdam y Tokio.



Václav Jirásek (1965, Karviná, República Checa) estudió en la Escuela Superior de Artes Aplicadas de Brno y en la Academia de Bellas Artes de Praga, la especialidad de pintura. Es uno de los miembros fundadores del grupo "Bratrstvo" (Hermandad), conformado por pintores, fotógrafos y músicos, que se proponía luchar contra "los sentimientos de vacío, desesperanza y aislamiento a fines del siglo XX". Actualmente, Jirásek vive y trabaja en Praga como fotógrafo independiente. Ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas en varios países.


XXII FESTIVAL DE CINE EUROPEO



Las que no pueden perderse: The man from London, La muerte del Sr. Lazarescu y Cuscús.


Programación:
http://www.scribd.com/doc/40299122/Programacion-XXII-Festival-de-Cine-Europeo-por-dia








Esta semana: "XXII FESTIVAL DE CINE EUROPEO". Este jueves 28, viernes 29 y sábado 30 de octubre. Lugar: Auditorio DRC-Lambayeque‏:


JUEVES 28 DE OCTUBRE, 7:30 p.m:

"MATER NATURA" (Italia, 2007)
Dir.: Massimo Andrei


VIERNES 29 DE OCTUBRE , 7.30 p.m:

"CUSCÚS" (Francia, 2007)
Dir.: Abdellatif Kechiche


SÁBADO 30 DE OCTUBRE , 11:00 a.m:

"RETORNO A HANSALA" (España, 2008)
Dir.: Chus Gutiérrez



INGRESO LIBRE


CINECLUB DE LA DRC-LAMBAYEQUE

Av.Luis Gonzáles 345-Chiclayo

¡LOS ESPERAMOS!




Monday, October 25, 2010

HOY, A LAS 7: UN LUGAR EN LA TIERRA (2001) DE ARTUR ARISTAKISIAN, EN LA CAYETANO HEREDIA





Cineclub de la Cayetano de Heredia.- Lunes. 7 de la noche. Av. Armendáriz 445, Miraflores. Entrada Libre.



DIEZ PELÍCULAS PARA UNA DÉCADA: NUEVO CICLO EN LA CAYETANO HEREDIA

http://lacinefilianoespatriota.blogspot.com/2010/10/diez-peliculas-para-una-decada-nuevo.html






Lunes 25 de Octubre:

Un lugar en la tierra, de Artur Aristakisian (Rusia. 2001, 123’). “La sociedad actual observa estrictamente la autonomía del espacio personal. Cada quien vive para sí. Cada uno duerme en su cama. No tan obvio, pero hay un tabú contra dormir en la misma cama; incluso, si la gente la comparte, es la excepción a la regla. Es imposible, sin embargo, imaginar una tribu donde la gente no se eche o duerma junta. Es lo tribal, primordial, pre-cristiano; si se quiere, el conocimiento sacrílego del Cuerpo de Cristo.”


Este filme es peligroso. Cuestionario a Artur Aristakisian
http://www.kinoeye.org/02/02/stojanova02.php


Otros links
http://peru21.pe/noticia/657207/amor-libre-medio-pobreza

http://www.kviff.com/en/films/film-archive-detail/20010900-a-place-on-earth/

http://www.kinodelirio.com/colaboraciones/ladoni-artur-aristakisian-1993/

http://archive.sensesofcinema.com/contents/festivals/01/16/karlovy.html

http://www.kinoeye.org/01/01/horton01.php

http://www.lovefilm.com/film/Palms/80755/

http://www.imdb.com/title/tt0288624/usercomments




Friday, October 22, 2010

EL CUENTO DE LA SEMANA: AGOSTO, DE BRUNO SCHULZ






I


En el mes de julio mi padre se iba a las termas y nos dejaba a los tres –mi madre, mi hermano mayor y yo– abandonados a las jornadas del verano, embriagadoras y blancas de fuego. Aturdidos por la luz, hojeábamos el gran libro de las vacaciones, cada una de cuyas páginas destellantes de sol conservaba en su fondo recóndito la pulpa de las peras doradas, azucarada hasta el éxtasis.
Durante esas luminosas mañanas, Adela, como una Pomona, volvía en ascuas del fuego del día y vaciaba su canasta repleta de coloreadas bellezas solares. Primero aparecían las brillantes cerezas, hinchadas de agua bajo su piel fina y transparente, las misteriosas guindas morenas, cuyo sabor no satisfacía, sin embargo, las promesas de su perfume; los damascos, en cuya pulpa dorada dormitaban largas y recalentadas tardes. A continuación, después de la pura poesía de los frutos, venían los enormes cuartos de carne, potentes y nutritivos, con sus teclados de costillas de ternera. Y por fin las legumbres, semejantes a plantas acuáticas, medusas muertas o cefalópodos. Todo ese material de comida todavía indeterminado y estéril, ingredientes vegetales y telúricos del futuro almuerzo, despedía un aroma salvaje y campestre.
El penumbroso apartamento del primer piso daba sobre la plaza del mercado, y cada día era atravesado de parte a parte por el gran verano: el silencio tembloroso de las corrientes de aire, los rectángulos de luz sumidos en un sueño febril sobre el piso encerado, una melodía de organillo arrancada a la napa dorada más profunda del día, dos o tres compases de un refrán tocado en algún piano y que vuelve sin cesar, para luego desvanecerse en el sol de las blancas veredas, perdiéndose en el fuego profundo del día.
Terminada la limpieza, Adela corría las cortinas de lino, sumiendo en las penumbras el apartamento. La intensidad de los colores disminuía entonces en una octava, las habitaciones se llenaban de obscuridad, como si se hundieran de pronto en la luz de las profundidades marinas reflejada por los verdes espejos del agua, y todo el calor tórrido de la jornada respiraba en las cortinas que se hinchaban ligeramente bajo los ensueños del mediodía.
Los sábados por la tarde mi madre me llevaba de paseo. De la penumbra del corredor se pasaba entonces, de sopetón, al baño solar del claro día. Los transeúntes, chapaleando en el oro, entrecerraban los ojos; sus párpados parecían untados de miel y sus belfos levantados dejaban al descubierto los dientes y las encías. Sus rostros exhibían esa mueca del calor como si el sol les hubiera impuesto una máscara de fraternidad solar, y cuando se cruzaban en la calle, jóvenes y viejos, mujeres y niños, se saludaban con esa máscara bárbara, insignia de un culto báquico, pintarrajeada con grandes trazos de oro sobre sus rostros.
La plaza del mercado estaba vacía, amarilla de fuego, y los vientos calientes la barrían como al desierto bíblico. Sólo las acacias espinosas desplegaban su claro follaje, maraña de filigrana verde finamente recortada, como la de los antiguos gobelinos. Llenos de afectación, esos árboles simulan el efecto del viento, desgreñando sus copas con gesto teatral, mostrando, en poses patéticas, la elegancia de sus abanicos de reverso plateado como las nobles pieles de los zorros. Sobre las viejas casas de muros pulidos por los vientos jugaban los reflejos de la atmósfera: ecos, recuerdos de tonos dispersos en el fondo del tiempo coloreado. Parecía como si generaciones enteras de jornadas estivales, rasqueteando los revoques mohosos de las viejas fachadas como pacientes albañiles, cascando su esmalte engañoso, hubieran desnudado su verdadero rostro, la fisonomía que su destino les había conformado desde el interior. Las ventanas, enceguecidas por la luz de la plaza vacía, dormían apaciblemente y los balcones confesaban al cielo su vacuidad. Los portones, totalmente abiertos, olían a frescura y a vino.
Un grupito de niños harapientos, el único que había escapado, en un ángulo de la plaza, a la escoba tórrida del calor; atacaban a una pared con continuos disparos de botones y monedas, como si el oráculo de esos redondeles de metal pudiera revelarles la verdadera naturaleza de la pared, el sentido jeroglífico de sus fisuras y resquebrajaduras. Sólo esos niños quebraban el vacío de la plaza. Se podía esperar que, en cualquier instante, apareciera; saliendo de la sombra de las acacias, frente al portón del vinero atestado de barriles, el asno del Samaritano arrastrado por el freno, y que los servidores se precipitaran para traer al enfermo de la sala recalentada y lo llevaran por la fresca escalera hasta la planta baja, que olía a sabbath.
Así íbamos, mi madre y yo, bordeando la plaza, paseando nuestras sombras sobre los muros de las casas como sobre un teclado. Bajo nuestros arrastrados pasos el pavimento desfilaba lentamente, a veces de un tono rosa claro como el de la piel humana, a veces dorado o azul, muy liso, caliente, aterciopelado como un rostro solar, pisoteado por los transeúntes hasta el punto de hacerse irreconocible, dulcemente inexistente.
Y por fin, en la esquina de la calle Stryj, entrábamos en la sombra de la farmacia. Un gran recipiente lleno de jarabe de frambuesa simbolizaba, en la vitrina, el frescor de los bálsamos bienhechores. Unas casas más allá la calle perdía su decoro, como un paisano que, de retorno a su casa, se despoja, en el camino de toda su elegancia ciudadana para transformarse poco a poco, a medida que se acerca a su aldea, en un miserable rústico. Las casitas de los barrios apartados zozobraban en la verdura, enterradas hasta las ventanas en la floración exuberante y loca de los pequeños jardines. Olvidados por la luz del día, la hierba, los cardos y las flores se expandían profusamente, felices de esa pausa que usufructuaban, soñando al margen del tiempo, en los bordes del día infinito. En el extremo de su tallo, un girasol atacado de elefantiasis esperaba en su duelo amarillo el fin de sus días, doblegado bajo el peso de su monstruosa corpulencia. Pero las ingenuas campanillas de los suburbios, las simples florecillas de percal, no podían hacer nada y se quedaban muy tiesas en sus corolas rosas y blancas, insensibles al gran drama del girasol.



II

Una espesa maraña de hierbas y cardos arde, crepitando, en el fuego de la tarde. La siesta perezosa del jardín está poblada por el zumbido estrepitoso de las moscas. Los tallos dorados aúllan al sol como una bandada de langostas rojizas, los grillos se desgañitan en la lluvia de fuego, las silicuas llenas de granos estallan silenciosamente con un susurro de cigarras. Hacia los setos la gruesa capa de hierbas se abulta como si el jardín se hubiera dado vuelta en sueños y su pecho robusto respirara el silencio de la tierra. Aquí el mes de agosto, en su incontinencia de hembra en celo, ha cavado enormes embudos de bardanas, ha plantado inmensas plantas velludas, extendido odiosas lenguas de carne verde. Allá, esas primaveras exorbitadas, se hinchaban acurrucadas, a medias devoradas por sus faldas en furia. El jardín vende a vil precio, al primero que llega, todas sus mercaderías: el saúco, los llantenes que huelen a jabón, el alcohol salvaje de la menta, en fin, toda esa pacotilla del mes de agosto. Pero del otro lado de los setos, más allá de ese ombligo del verano donde la exuberante torpeza de la hierba gozaba a sus anchas, había un gran montón de basura donde sólo crecían los cardos. Nadie sabía que allí el mes de agosto había resuelto ese verano festejar su gran orgía. Sobre ese montón de basuras, apoyado contra el seto y hundido en el follaje espeso del saúco estaba el
lecho de una joven idiota, Tonia. Así la llamaban. Sobre un montón de residuos, cascotes y detritus, de viejas pantuflas y cacerolas agujereadas, se levantaba su cama de metal pintada de verde. Cuatro ladrillos le servían de patas.
Sobre el conjunto, el aire bullía, irradiaba calor, estriado por los resplandores de los brillantes tábanos irritados por el sol que rechinaban como agitados por invisibles carracas. El aire invitaba a la locura.
Tonia estaba acurrucada entre sábanas amarillas y andrajos. Su cabezota estaba erizada de cabellos negros. Su rostro se movía como el fuelle de un acordeón. A cada instante una mueca dolorosa lo ajaba en mil pliegues diagonales; luego el asombro los estiraba de nuevo, los distendía, descubría las pequeñas hendeduras de los ojos y las encías húmedas, los dientes amarillos bajo los labios carnosos en forma de hocico. Tonia parlotea a media voz, dormita, refunfuña y gruñe. Las moscas cubren su forma inmóvil con una capa pegajosa y, de golpe, ese montón de viejas prendas, de harapos y jirones, comienza a moverse como si toda una carnada de ratas se debatiera. Las moscas, espantadas, levantan vuelo formando una gran nube negra, llena de furiosos zumbidos, fulgores y chispas. Y mientras que los guiñapos caen por tierra y se esparcen sobre los desperdicios como ratas que huyeran en todas direcciones, una forma se recorta lenta, penosamente, en el montón de basuras: una joven idiota, semejante a un dios pagano, se yergue sobre sus piernitas infantiles, y su cuello, inflado por la cólera, su rostro obscurecido por el furor, en el que se distinguen, como pinturas primitivas, los arabescos de las venas hinchadas de sangre, dejan escapar un grito ronco, animal, arrancado de los bronquios y los tubos de órgano de ese pecho a medias animal, a medias divino. Los cardos aúllan al sol, las bardanas se inflan y se envanecen de su carne impúdica, los grandes llantenes escupen una baba venenosa, mientras que la joven idiota, lanzando gritos ahogados, frota convulsivamente sus caderas carnosas contra el tronco del saúco, que cruje silenciosamente bajo los ataques de su concupiscencia débil, incitándolo imperiosamente a una fecundidad desnaturalizada.
La madre de Tonia hace la limpieza en las casas de la vecindad. Es una buena mujer, pequeñita, amarilla como el azafrán, y es también con azafrán con lo que impregna los pisos, las mesas y los bancos de madera de abeto que lava durante todo el día en las casas de los pobres. Una vez fuí con Adela a casa de María. Era por la mañana y entramos en una piecita pintada de azul. Sobre el piso de tierra apisonada se pavoneaba el sol, amarillo claro, en el silencio matinal medido por el horrible rechinar de un reloj aldeano. María la loca estaba acostada en un cajón lleno de paja, blanca como una hostia y silenciosa como un guante que la mano ha abandonado. Y, como para aprovechar su sueño, el silencio era inagotable, ese amarillo silencio malvado y vocinglero charlaba, criticaba, arengaba en alta voz, en un vulgar soliloquio de maniático. Y el tiempo de María, el tiempo aprisionado en su alma, la había abandonado, y galopaba, horriblemente real, a través de la pieza. Ruidoso, se derramaba a baldazos desde el molino del reloj como si fuera harina, mala harina, harina friable, esa harina estúpida de los locos.



III

En una de esas casitas, rodeada por un cerco obscuro, hundida en la verdura proliferante, vivía la tía Ágata. Atravesando el jardín se llegaba a la puerta de entrada, coronada por grandes bolas de vidrio suspendidas de espigas metálicas. En esas bolas verdes, rosas y violetas había mundos enteros de luces y colores, encerrados como las imágenes felices contenidas en la inaccesible perfección de las pompas de jabón.
En la penumbra del vestíbulo, cuyas paredes estaban tapizadas de imágenes populares a medias corroídas por la humedad y ciegas de vejez, reconocíamos un olor familiar. Este olor contenía, en su fórmula de asombrosa sencillez, toda la vida de esa gente, el misterio de su raza, de su sangre y de su destino, confundidos inextricablemente en el flujo cotidiano de su tiempo personal. La vieja y sabia puerta, cuyos apagados suspiros acompañaban al ir y venir de la gente, las entradas y salidas de la madre, de las hijas y del hijo, se había abierto a nuestro paso sin ruido, como la puerta de un armario, dejándonos penetrar en su vida. Estaban sentados a la sombra de su destino y no luchaban más; sus primeros gestos torpes traicionaban su secreto. Por otra parte ¿no éramos sus parientes, ligados a ellos por los mismos lazos de la sangre y de la suerte?
Las pesadas cortinas de terciopelo azul veteado de hilos dorados preservaban la obscuridad de la pieza, pero aún aquí el eco de la llameante luz diurna, aunque filtrada por la espesa verdura del jardín, jugaba con reflejos cobrizos sobre los marcos de los cuadros, las fallebas de las puertas y los vidrios de los tabiques. La tía Ágata se levantó de su sillón. Era alta, abundante de carnes, carnes blancas como roídas por el moho. Nos sentamos a su vera, haciendo un alto al borde de su vida, un poco embarazados por la pasividad con la cual ella y sus hijos se ofrecían a nuestras miradas. Bebimos jarabe de rosas con agua, bebida extraordinaria que me parecía reunir en su aroma y sabor la esencia misma de ese tórrido sábado.
La tía Ágata renegaba. Era el tono general de su conversación, la voz misma de esa carne blanca y fértil que parecía desbordarle del cuerpo y experimentar la más grande dificultad para mantenerse dentro de los límites de una forma individual, pronta a hacerse pedazos en cualquier instante, a brotar, a proliferar.
Hubiérase dicho que su femineidad podía privarse cómodamente de la fecundación y bastarle un aroma algo masculino, un vago olor de tabaco o una broma relativamente picante, para ponerse a proliferar lujuriosamente. Y, en realidad, sus continuas recriminaciones a su marido y sus domésticos, su solicitud cargosa hacia los niños, no eran más que caprichos de su fecundidad insatisfecha, prolongación natural de esa coquetería insoportable, arisca, lacrimosa, con la que ponía a prueba a su marido. El tío Marcos, pequeño, encogido, de rostro perfectamente asexuado, parecía reconciliado con su insuficiencia y permanecía en la sombra de un desprecio infinito que debía parecerle muy confortable. En sus ojos grises se incubaba la brisa lejana del jardín, tamizada por los vidrios de la ventana. De tanto en tanto trataba tímidamente de protestar, de enfrentar a su mujer, pero la marea de la omnipotencia femenina barría con ese gesto insignificante e iba más allá, triunfalmente, ahogando bajo su flujo impetuoso esos débiles sobresaltos viriles. Había algo de trágico en esa fecundidad sin freno: la miseria de una criatura que se debatía entre la nada y la muerte, el admirable coraje de la hembra triunfante sobre la insuficiencia del macho. Pero la progenitura estaba allí para probar lo bien fundado de ese pánico maternal, de esa furia por parir que se agotaba en productos defectuosos, en una generación de fantasmas exangües.
Lucía había entrado en la pieza. Su cuerpo aún infantil, de carne blanca y delicada, soportaba una cabeza prematuramente desarrollada. Me tendió su mano de muñequita y se ruborizó de inmediato. Disgustada por esos colores que traicionaban impúdicamente los secretos de sus reglas precoces, pestañeaba y enrojecía ante la pregunta más inocente, ya que ésta podía contener una alusión a su virginidad ultrasensible.
Emilio, el mayor de mis primos, lucía un bigotito rubio en su rostro deslavado e iba de un extremo a otro de la pieza con las manos hundidas en los amplios bolsillos de sus pantalones.
Su traje elegante y costoso era notoriamente exótico. Emilio acababa de llegar del extranjero. En su rostro confundido y mustio, que día a día parecía diluirse hasta semejar una blanca pared, una pálida red de venas dejaba transparentar aún, aquí y allá, los recuerdos de una vida tempestuosa y fracasada. Era un maestro en juegos de naipes, fumaba largas y elegantes pipas y olía a lejanas comarcas. Recorría sus recuerdos con la mirada ausente y contaba extrañas anécdotas cuyo hilo a veces extraviaba bruscamente, dejándolas inconclusas, disipadas en la ambigüedad.
Yo lo miraba ávidamente en la esperanza de distraer un poco su atención para que me ayudara a escapar del hastío de la siesta. Y me pareció, en efecto, que al salir de la pieza me había guiñado un ojo. Lo seguí, pues, a la habitación vecina. Se había sentado en un cosycorner muy bajo y las rodillas le quedaban a la altura de la cabeza, calva como una bola de billar.
Aparentaba ser nada más que un traje amplio y arrugado, arrojado negligentemente sobre el apoyabrazos. Su rostro sólo era el aliento de un rostro, la huella que un desconocido, al pasar, hubiera dejado en el aire. Hurgaba en su billetera con sus manos de venas azules.
De la neblina de su cara emergió dificultosamente un ojo torvo que me hizo una seña de connivencia picaresca. Me sentí invadido por una desbordante simpatía hacia ese hombre. El me tomó en sus rodillas y, barajando con sus manos expertas las fotografías que había sacado de su billetera, me hizo admirar imágenes de hombres y mujeres en extrañas posturas. Estaba apoyado en él y miraba esos cuerpos humanos tan delicados, esos ojos lejanos que nada veían, cuando, de pronto, el fluido de la intensa turbación que había revuelto el aire me alcanzó y me hizo estremecer de inquietud, llevándome a una repentina comprensión. Mientras tanto, la bruma de esa sonrisa que se había dibujado bajo su indeciso bigote, el embrión del deseo que había alterado el latido de una vena de su sien, la tensión que había fijado por un instante los rasgos dispersos de su rostro, todo eso había desaparecido, y su rostro se hundió otra vez en la nada, se entregó, desapareció.








Más de Bruno Schulz:


lacinefilianoespatriota@yahoo.com



Thursday, October 21, 2010

REGRESA: EL AGUA INMÓVIL, VIDEOBLOG DE CINE





Carta al tío Boonmee (2009)


Casi titulo este post El tío Vílchez recuerda sus blogs pasados... pero me contuve. En efecto, Fernando Vílchez, amigo y co-editor por un apreciable tiempo de este siempre divertido proyecto de blog, regresa, desde Madrid, en la económica forma de videoblog: El Agua Inmóvil
(http://elagua-inmovil.blogspot.com/). Con un espíritu renovado y bendecido en el Museo Reina Sofía, según nos cuenta, con la proyección a sala llena de El tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas, la más reciente genialidad de Apichatpong Weerasethakul. Además, ha prometido compartir un texto sobre la película con nosotros.

Al principio de este post está la Carta al tío Boonmee, un hermoso corto, previo a la gran película que esperamos ver pronto... Los dejo con un comentario de AW sobre su corto:



Hace unos años visité un templo cerca de mi casa y un monje que me dio un pequeño libro llamado "Un hombre que puede recordar sus vidas pasadas." En él, el monje escribió sobre Boonmee, capaz de recordar sus vidas múltiples en las ciudades del noreste. En el 2008 escribí un guión inspirado por sus reencarnaciones, y empecé a viajar por la región en busca de sus hijos y parientes. conocí a sus dos hijos que me proveyeron de información sobre su padre.

En Nabua, en diciembre de 2008, localicé varias casas que pensé que serían convenientes como casa del tío Boonmee en la película propuesta. Este pequeño film es una carta personal describiendo mi Nabua al tío Boonmee.

La película se compone de fotografías de los interiores de las casas por la noche. Todas están desiertas, excepto una casa con un grupo de jóvenes soldados, interpretados por algunos adolescentes de Nabua. Dos de ellos me suplantan mediante la narración de la película.


Apichatpong Weerasethakul



LA SEÑAL, DE RICARDO DARÍN Y MARTÍN HODARA, HOY Y MAÑANA EN DRC LAMBAYEQUE





ESTA SEMANA:



" LA SEÑAL" (2007)


JUEVES 21 y VIERNES 22 DE OCTUBRE


Dirección: Ricardo Darín y Martín Hodara


HORA: 7:30 p.m.

INGRESO LIBRE


CINECLUB DE LA DRC-LAMBAYEQUE

Av.Luis Gonzáles 345-Chiclayo


¡LOS ESPERAMOS!

Tuesday, October 19, 2010

JAMES BENNING




¿Podrías hablar un poco sobre tu labor en la educación artística?

Cuando cogí una cámara por primera vez, estaba interesado en el cine de ideas conceptuales. Utilicé el cine para ser artista por casualidad, como un camino para mirar y escuchar. Pensaba que no podías enseñar a alguien a ser artista: o lo era o no lo era. Ahora creo que puedes proporcionar el entrenamiento básico, comenzando por enseñar a escuchar y a mirar: aprender los aspectos básicos sobre la dificultad de prestar atención. Mis clases son como una clase-acción donde los alumnos son observadores activos. Vamos de excursión y lo hacen: los alumnos se levantan a las cuatro de la madrugada y bajamos el camino de una montaña y después la luz se intensifica, miran alrededor y se dan cuenta de que están en un lugar donde se produjo un incendio... se dan cuenta de un cambio de sonido, de visión. Se trata de la articulación del cambio, de los pequeños cambios sutiles que se dan a medida que el sol se levanta. Intento hacer que presten atención y lo aprecian. La clave es no traducir inmediatamente eso en arte, de ningún tipo, sino pensar sobre el hecho de ver. Los alumnos están entusiasmados y las clases tienen mucho éxito. De lo que estoy más orgulloso es de ir contra mi propia convicción de que no puedes enseñar arte. Su éxito como artistas me enorgullece.



Monday, October 18, 2010

HOY, A LAS 7: LAS ARMONÍAS DE WERCKMEISTER (2001) DE BÉLA TARR, EN LA CAYETANO HEREDIA




Cineclub de la Cayetano de Heredia.- Lunes. 7 de la noche. Av. Armendáriz 445, Miraflores. Entrada Libre.



DIEZ PELÍCULAS PARA UNA DÉCADA: NUEVO CICLO EN LA CAYETANO HEREDIA

http://lacinefilianoespatriota.blogspot.com/2010/10/diez-peliculas-para-una-decada-nuevo.html



Lunes 18 de Octubre:

Las armonías de Werckmeister, de Béla Tarr (Hungría. 2000, 145’). “Y ahora, veremos una explicación que nos ayudará a comprender, incluso a gente sencilla como nosotros, el significado de la inmortalidad. Lo único que os pido es que caminéis conmigo por la inmensidad en la que la constancia, la quietud y la paz, reinan en un vacío infinito”. János Valushka, Armonías de Werckmeister (…) “Todo es mucho más grande. El ser humano no es más que una muy pequeña parte del cosmos”. Béla Tarr.






BÉLA TARR:
"Quiero que en la pantalla se vean hombres verdaderos"


Esta entrevista tiene una limitación fundamental: cuando la hice todavía no había visto Sátántangó, la obra magna del realizador, de siete horas y cuarto de duración. La ulterior visión de ese film me permitió comprender de una manera más cabal los conceptos de Béla Tarr, que en la entrevista se mostró bastante más lacónico que como director.


¿Cómo fueron sus comienzos como realizador?

Comencé realizando una película amateur de 8 mm a los 16 años, que era un film sobre trabajadores de la construcción gitanos. Ellos escribieron una carta al secretario del Partido Comunista, Janos Kadar, solicitando que los dejaran ir a Austria a trabajar porque lo que ganaban en Hungría no les alcanzaba para vivir. La carta tenía un estilo parecido al que los mujiks (campesinos rusos) utilizaban cuando se dirigían al Zar. Ese era el tema de la película y yo cometí el pecado de proyectarla en campamentos de trabajadores. Después me presenté a la facultad para ingresar en la carrera de filosofía, pero al ver mis antecedentes no me permitieron ingresar, por lo que nunca fui universitario. Quise hacer otra película, también en 8 mm, sobre una familia obrera que ocupa un departamento abandonado del que son desalojados, pero no la pude realizar porque primero me detuvieron a mí y luego desalojaron a la familia. Más tarde ingresé en el estudio Béla Balasz y a los 22 años dirigí mi primera película. A esa edad pensaba que todo lo que se veía en cine era mentira y quería enfáticamente llevar a la pantalla a hombres verdaderos.

¿Cree que su obra tiene relación con la de directores húngaros de cierta fama como Miklos Jancsó, Zoltan Fabri o Ferenc Kosa?

Cuando era joven vi bastantes películas de Jancsó, que me gustaron mucho. Con los otros directores no tengo ninguna relación.

Jonathan Rosenbaum ha dicho que sus primeras películas estaban influenciadas por el cine de John Cassavetes. ¿Es así?

Este es un concepto de Jonathan lamentablemente equivocado ya que yo recién vi una película de John Cassavetes en 1985 y ya había realizado las tres películas que él relaciona con este director.

¿Su versión fílmica de Macbeth respeta la obra original o está adaptada a la sociedad húngara?

A mí siempre me gustaron las tragedias shakespeareanas y esta es una versión condensada que respeta el texto original.

¿Su relación con el escritor László Krasznahorkai comenzó con Sátántangó?

Yo leí el libro de Krasznahorkai, y como me gustó mucho, decidí que iba a hacer una película sobre él, pero las cosas sucedieron de otra manera ya que el estudio donde trabajaba fue clausurado por razones políticas. Eso pasó en 1985 y durante varios años tuve que olvidarme de Sátántangó; en el ínterin dirigí Damnation, basado en otra novela del escritor. Así fue que tuve que esperar nueve años para poder rodar Sátántangó. Lo que hay que saber es que Krasznahorkai es un escritor muy difícil de trasladar al cine. La única manera de hacerlo es conociéndolo a fondo, yendo a los lugares donde escribió sus obras y relacionándose con la gente sobre la que escribió. Es casi como hacer una investigación sociológica.

¿Originalmente Sátántangó fue planteada con esa duración?

La había planificado con una duración de seis horas pero luego en el rodaje se fue extendiendo.

Desde Von Stroheim no se hacían películas tan largas...

No crea, Jacques Rivette ha hecho una película de trece horas.

¿En toda su obra se manifiesta, como en Werckmeister Harmonies, ese estilo de pocos planos de gran extensión?

Al principio de mi obra los planos de mis películas eran más cortos, pero a medida que voy envejeciendo se han ido alargando.

En esta película hay otra característica que es la intemporalidad de los sucesos. ¿Eso también ocurre en sus otros films?

A mí el tiempo me preocupa mucho. Mis películas para mí transcurren mañana, no en un momento histórico determinado.

Una cosa que me llamó la atención en Werckmeister... es la violencia contenida que en determinado momento estalla.

La violencia manifestada de ese modo solo aparece en esta película. En todos mis films hay algún tipo de violencia, pero de estas características solo en éste.

¿Trabaja con un guión minucioso o improvisando a medida que rueda?

Nunca utilicé guiones rigurosos y me encanta improvisar situaciones durante el rodaje de mis films.

En esta película actúa Hanna Schygulla, una actriz con un estilo interpretativo muy particular. ¿Le fue fácil trabajar con ella?

Fue fácil porque nosotros cuando filmamos no estamos trabajando, sino que tratamos de vivir, el actor delante de la cámara y nosotros detrás. Lo que tratamos de hacer es mostrar la vida sobre la pantalla.

En este film es muy importante la utilización de la música...

La música es para mí tan importante que siempre la trabajo antes de la filmación. La película realmente empieza cuando el compositor entra al estudio y decidimos qué temas vamos a utilizar en el film.

En Werckmeister... noté cierta influencia de los pintores flamencos en la composición visual.

A mí me gusta mucho Brueghel. Reconozco más influencias en Brueghel que en otros cineastas.

¿Su reconocimiento como director fue primero en Hungría o fuera de su país?

Fuera de mi país, ya que gané con mi primera película el Gran Premio del Festival de Mannheim y en Hungría no era conocido. Además, todas mis películas fueron proyectadas en el exterior antes que en mi país.

¿Hay en este momento en Hungría algún movimiento importante de directores jóvenes?

Lamentablemente no, porque los directores jóvenes han sido arrastrados por el mainstream. Lo que realmente me impacta es que, a medida que envejezco, me siento más radical que los veinteañeros y esto es muy triste, ya que el orden de la vida indicaría lo contrario.

Esto es algo que ocurre en la cinematografía mundial, donde los directores más radicales son maduros.

Es cierto, pero yo fui radical también de joven. Vea, hay dos maneras de entrar en una habitación: golpear la puerta con los nudillos o derribarla de una patada. A mí me gustaría que los jóvenes derribasen la puerta, pero parece que no quieren. Creen que van a ganar algo si son bien educados, pero no es así.

¿Le gusta el cine de Angelopoulos?

Lo de relacionarme con Angelopoulos es otro error, ya que algunas de sus películas solo las conocí hace poco tiempo. Me gustaron, pero no creo que tengan nada que ver conmigo.

¿Cuál es su próximo proyecto?

En principio, filmar una novela de Georges Simenon escrita en la década del treinta.

Finalmente, ¿a qué directores admira?

Créame que hace mucho tiempo que no voy al cine.


Entrevista de Jorge García para la revista El Amante (2001).



Links

http://www.brightlightsfilm.com/30/belatarr1.php

http://archive.sensesofcinema.com/contents/01/12/tarr.html

http://www.contrapicado.net/panoramica.php?id=278

http://coosacreek.org/mambo/2007/09/26/werckmeister-harmonies/

http://archive.sensesofcinema.com/contents/05/34/cinema_of_damnation.html

http://unspokenfilmjournal.wordpress.com/i-tarr-contents/seeking-order-in-disorder-bela-tarr%E2%80%99s-werckmeister-harmonies/

http://www.eictv.co.cu/miradas/index.php?option=com_content&task=view&id=192&Itemid=49

http://archive.sensesofcinema.com/contents/00/11/tarr.html
http://rogerebert.suntimes.com/apps/pbcs.dll/article?AID=/20070908/REVIEWS08/70909001/1023
http://misteriosoobjetoalmediodia.wordpress.com/2009/11/12/armonias-de-werckmeister-werckmeister-harmoniak-bela-tarr-2000/
http://www.imdb.com/title/tt0249241/usercomments

http://www.guardian.co.uk/film/2003/apr/19/artsfeatures

http://www.filmref.com/directors/dirpages/tarr.html

http://www.filmaffinity.com/es/reviews/1/167658.html

http://gravity7.com/blog/film/2006/03/bela-tarrs-werckmeister-harmonies-can.html






Sunday, October 17, 2010

RETRATO ROBOT Y RETRATO CHINO

Bacon. Autorretrato. 1971.




¿Cómo describir el rostro de un hombre por medio de fórmulas ciertas, de tal manera que pueda ser reconocido por cualquier persona? ¿Por cualquier persona, y por lo mismo por una máquina? ¿Cómo describir un rostro? La policía no sabe aún definir el rostro de un hombre en sus rasgos permanentes, aquello que permanece idéntico en él en la juventud y en la vejez, en la alegría y en la pesadumbre. La policía no sabe lo que es la imagen de un hombre. Y porque la policía no sabe qué es la imagen de un hombre, ni cómo describirla, quiere por lo menos medirla, traducir su imagen en cifras. (…) Los artistas matemáticos del Renacimiento trataron de representar los objetos en una perspectiva lineal: un cuerpo es reproducido en una superficie según las leyes de la geometría proyectiva. Eso anuncia el modo de representación fotográfica… Las imágenes eran entonces traducidas en valores numéricos, actualmente los valores numéricos son traducidos en imágenes.

Harun Farocki.



De un ser humano, de un sospechoso, una computadora puede crear un retrato-robot por medio de aproximaciones características a partir del cruce de testimonios a menudo discordantes. Es una media. Ese tipo de ‘retrato’ objetivo desencadena un malestar: hay algo de inhumano, no se trata justamente de un retrato, es una envoltura inexpresiva porque los detalles verdaderos que hacen la vida, que hacen una vida, faltan. “La policía no sabe lo que es la imagen de un hombre” (¿quizás, a manera de compensación, es que los policías son pintores de domingo?): pero a la policía eso le tiene sin cuidado, porque aquello que busca no es una imagen verdadera, es justamente una imagen que pueda ‘reconocer’ el más amplio espectro de testigos, cada uno ajustándose a su idea, completando un contorno virtual en donde puedan proyectarse los recuerdos divergentes sin que el reconocimiento común se vea obstaculizado. Se trata de una comprobación: el retrato-robot es objetivo, no es un rostro, ni una expresión (falta forzosamente el hombre), es una combinación de parámetros variables, de rasgos caracterizados desde el exterior. El más pequeño común denominador. Es decir, exactamente lo opuesto de aquello que busca el arte de las variaciones, del cual habla Milan Kundera a propósito de los retratos de Francis Bacon:

Nuestra experiencia más banal nos enseña que los rostros son lamentablemente parecidos (la insensata avalancha demográfica aumenta aún más esta sensación), que se dejan confundir, que difieren uno respecto del otro por algo muy menudo, apenas capturable, que, matemáticamente, no representa con frecuencia, en la disposición de las proporciones, sino algunos milímetros de diferencia. Agreguemos a eso nuestra experiencia histórica, la cual nos ha hecho comprender que los hombres actúan imitándose los unos a los otros, que sus actitudes son estadísticamente calculables, sus opiniones manipulables, y que por lo mismo el hombre es menos un individuo, que un elemento de una masa. Es en ese momento de dudas que la mano violadora del pintor se posa con “gesto brutal” sobre el rostro de sus modelos para encontrar en alguna parte de la profundidad, el “yo” escondido de sus modelos. Lo que es novedoso en esa búsqueda baconiana es, primo (evoquemos esa fórmula) el carácter orgánico de esas formas “en completa distorsión.” Lo que quiere decir que las formas en esos cuadros quieren parecerse a los seres vivos, recordar su existencia corporal, su carne, y conservar entonces su carácter tridimensional. La novedad es, secondo, el principio de las variaciones. Edmund Husserl ha explicado la importancia de las variaciones para la investigación de la esencia de un fenómeno. Yo lo diría a mi manera más simple: las variaciones difieren una respecto de la otra, pero conservan al mismo tiempo un algo que les es común: ese algo común es “ese tesoro, esa pepita de oro, ese diamante escondido”: a saber, la esencia buscada de un tema, o, en el caso de Bacon, el “yo” de un rostro. Miro los retratos de Bacon y me siento sorprendido de que, a pesar de su distorsión, se parezcan todos a su modelo (Bacon: portraits et autoportraits, Les Belles Lettres, París, 1996, p. II).

Se dispone de una fotografía vieja en la que figura, joven, el individuo buscado, la computadora puede actualizarla metamorfoseando el aspecto del rostro de acuerdo a los criterios de envejecimiento anatómico programados a partir de los nuevos datos de las ciencias médicas. Es una manera de deducir que mil peripecias de la vida han podido invalidar efectivamente: el sistema piloso, los accidentes, los climas, las enfermedades, el maquillaje, los traumatismos, la cirugía, el cambio de sexo… La diferencia entre el modelo predicativo y el rostro singular de la persona reencontrada es lo concreto de la vida, la vicisitud de existir, lo real irreducible, aquello que ha escapado, escapa justamente a la formalización objetiva… todo eso que hace el arte del retrato. “Los retratos de Bacon son una interrogación acerca de los límites del yo”, escribe Kundera.

“¿Hasta qué grado de distorsión un individuo sigue siendo él mismo? ¿Hasta qué grado de distorsión un ser amado sigue siendo todavía un ser amado? ¿Durante cuánto tiempo un rostro querido que se aleja en la enfermedad, en una locura, en un odio, en la muerte, sigue siendo todavía reconocible? ¿Dónde está la frontera detrás de la cual un “yo” deja de ser “yo”? (ídem).

“¿Cómo describir el rostro de un hombre por medio de fórmulas ciertas, de tal manera que pueda ser reconocido por cualquier persona? ¿Por cualquier persona, y por lo mismo por una máquina?” apostrofa Farocki. Sin embargo, justamente las descripciones de la lengua natural, si son formalizables bajo un cierto aspecto, presentan a fin de cuentas la misma irreducibilidad que un rostro presenta a la lógica formal informática. El lenguaje máquina, el lenguaje binario sí/no, a pesar de sus enormes capacidades combinatorias y asociativas, pierde, al reducirlo a lo no contradictorio, no solamente la fineza, sino la sustancia de los juegos del lenguaje vivo, los cuales están llenos de “sí y de no”, de “sí, pero”, de “como si”, de sobreentendidos, de antífrasis, de ironías… Como lo hace notar de manera pertinente Gérard Chazal:

Todas las formas de estilo que hacen difícil la comprensión del lenguaje natural por parte de una computadora, llevan de una manera o de otra, una parte de negación: la litote y el eufemismo hacen como si negaran; la metáfora y la metonimia pueden concebirse como una negación de la explicitación de la comparación por medio de un “como” o de un “tal como”; el supuesto, el sobreentendido son formas de la ausencia en donde lo no dicho puede ser comprendido como una negación debilitada. (…) Un símbolo lógico exige de una interpretación única y unívoca, el acto de negar es polimorfo (Le miroir automate, pp. 94 y 99).

Se puede ir más allá todavía al recordar las vigorosas consideraciones de Ives Barel acerca de los poderes de la metáfora, los cuales nos introducen en una lógica de la no identidad y la contradicción:

El “es” metafórico significa a la vez “no es” y “es como”. Se trata ahí de una verdad “tensional”, según la expresión de Paul Ricouer, que no identifica ya a la verdad con un objeto y solo con él, sino que remite de un objeto a otro, a la vez desemejantes y semejantes. (…) La metáfora es un proceso de descubrimiento y de persuasión de la “realidad”, particularmente eficaz en las situaciones en las que la “realidad” es contradictoria y en las que el objetivo no es suprimir la contradicción, sino conservarla, quitándole su carácter absurdo y dándole un sentido (cf. Capítulo 14, “Las cosas no son (sino) lo que son”).

Si bien la computadora puede crear de alguien un retrato-robot ‘objetivo’, formar una descripción administrativa tipo, es incapaz de jugar al retrato chino. Porque ese juego está fundado a la vez en el conocimiento empírico intersubjetivo de los demás y en el uso común de metáforas originales: “¿Se trata de un animal?, ¿se trata de música?, ¿es una planta? ¿Se trata de un plato?, ¿un vestido?, ¿de un paisaje?…” Y esas metáforas pueden remitir no solamente a la descripción morfológica del personaje (asociación que podría igualmente producir una computadora bien ‘informada’), sino, por deslizamiento de sentido, hasta ironía o antinomia, a sus tendencias u obstáculos, a situaciones vividas o comportamientos particulares. El defecto de la máquina lógica no es no tener un objetivo –todo mecanismo, todo automatismo, es determinado por un objetivo–, es por el contrario el ser demasiado específica, el que le falta vaguedad. Como lo decía Paul Valéry: “Artificial quiere decir que tiende a un objetivo definido. Y se opone por eso a lo vivo… Si la vida tuviera un objetivo no sería ya la vida” (Cahier B, 1910). La incertidumbre, la vaguedad, no es un defecto de nuestro pensamiento: es la contramarca de la capacidad para aprender por medio de la experiencia (que ignora la máquina). Igualmente, si no hubiera juegos de lenguaje, juego en el lenguaje y entre regiones de realidad (cf. Heisenberg, capítulo 14), si no quedara nada indeterminado en la articulación de nuestros conceptos y la extensión de nuestras categorías, el pensamiento quedaría fijo y, como dice Peirce (cf. Tiercelin, La pensé-signe, p. 238) “la vida intelectual llegaría rápido a su fin.” Y la vida humana, sin más.


Tomado de La prueba de lo real en la pantalla. Ensayo sobre el principio de realidad documental, de Francois Niney (pp. 306-308).





Retrato robot de Zodiac




PLUS

Entrevista a Bacon:
http://www.ddooss.org/articulos/entrevistas/F_Bacon.htm



Thursday, October 14, 2010

SINMUTE (2008) DE JAVIER BELLIDO Y ANA BALCÁZAR. CRÍTICA + ENTREVISTA




Máquinas. Hacen ruido, se mueven de forma autómata por ciclos encerrados en segundos que parecen eternos por la cadencia. De pronto, un hombre.

SINMUTE es una visceral película /pesadilla/ hijo de Ana Balcázar y Javier Bellido, una pareja de noveles realizadores limeños, provenientes de las artes plásticas.

La condición humana; aquel gran universo que abordan los artistas, desde que se consideran como tales, es la excusa de los directores para entrar de lleno a una experiencia onírica y tenebrosa. Nada más escabroso que ver a un ser humano de adentro hacia fuera.


La enajenación no es tan simple; no es simplemente dejar de ser o llegar ser otra cosa, ni poseer una existencia rutinaria. La condición humana ha llegado a una fractura metafísica, a una inevitable deshumanización. En todo caso, es el proceso lo que lo hace complejo y atractivo.


De esta experiencia concluimos en que no hay escapatoria; estamos condenados ser fantasmales, a ver y convertirlo todo en una proyección de nuestros temores, justificados o no. Que nadie puede darnos el cariño suficiente para dejar de ser monstruosos.

El protagonista anónimo de SINMUTE parece huir de eso. Se desplaza por áridos caminos, por calles vacías (que sin embargo, no están deshabitadas), yendo y viniendo sin aparente rumbo, encerrándose en un auto abandonado. Cualquier lugar es bueno para huir de sí mismo.


Llegar a casa es introducirse a un laberinto; las imágenes evocan situaciones dentro del núcleo familiar; la cena, los juegos de mesa, encontrando en cada habitación un episodio en clave de David Lynch. Así, los “seres queridos” adquieren la categoría de arquetipos, de siniestros y silentes personajes que representan la mirada enferma del hombre, el hombre que quiere huir, que quiere ser lo que no es, ni puede ser.


Todos los recuerdos son denigrados a categoría de traumas; “Siempre serás un mediocre” dice una de esas criaturas, figura de algún tutor o maestro. Parece ser la frase que desencadenó la película. Los directores parecen responder “Para que veas que no” con un cuidadoso tratamiento visual (considerando el soporte digital), deudora del cine trascendental, de los climas bizarros de Ulmer, de Lynch, y claro, del lenguaje pictórico en el habitualmente se comunican los realizadores.

La película adquiere carácter propio, impresiona no por sus referencias inherentes, sino por méritos que van más allá de lo formal. No existe un relato, ni una historia determinada. Su fuerza está en el simple hecho de divagar, sin la esperanza de ser o parecer, sino sólo aparecer.


La película no encajaría en un género, pero se acerca. Busca por momentos ser expresionista, surrealista, videoclip de heavy metal, pero no lo consigue. Sigue siendo una película extraña, una golosina para sicoanalistas, estimulante para cineastas en digital y para los cinéfilos nacionales que esperamos de nuestra producción local algo más que lo que nos presentan las salas comerciales.


Eduardo Quispe






Entrevista con Javier Bellido


CINESTESIA: Veo en SINMUTE muchas referencias a Lynch, aunque muestras un lenguaje personal, ¿Cuáles han sido las fuentes audiovisuales de tu película?

JAVIER BELLIDO: Definitivamente yo creo que las hay, sin embargo creo que por parte de los dos (de Ana y mía), esas referencias se dan inconscientemente. A los dos nos gusta bastante el cine de Lynch de todas maneras.


Lo que te puedo decir es que todas las imágenes han sido construidas bajo la concepción personal de cada uno y por nuestra necesidad e interés de expresarnos a través de las imágenes. Como ya sabes los dos somos pintores, y una de las cosas más importantes al hacer la pela, era poder expresar nuestro mundo interno, buscando cargar las imagenes de metáforas y poesía.


C: ¿Qué esperabas conseguir con SINMUTE?

JB: Sobre todo expresar mediante las imágenes una serie de sentimientos y sensaciones. Sacar, capturar estas imágenes de mi cabeza. Todos los medios posibles donde se de la expresión artística son de mi interés. No somos artistas que trabajamos bajo una idea específica y que saben muy bien lo que quieren comunicar.

Con la película no buscamos comunicar algo específico, nos interesa expresarnos como personas, trabajamos de manera bastante intuitiva, al final viene la reflexión. Por otro lado, me interesa que el espectador aprenda a ver por sí solo, con su propia individualidad, con su creatividad, con su propio mundo y que se sientan también gestores, por el hecho de que ellos al verla también crean sus propias interpretaciones y nos ayudan a descubrir distintos significados. Cada persona es libre de encontrar distintas interpretaciones de acuerdo a su propia sensibilidad.


C: Cuéntame detalles de la producción; ¿cuánto duró el rodaje, cuál fue la modalidad de producción, cuál fue el presupuesto, de cuántas personas estuvo conformada tu equipo, eran tus amigos, contrataste a alguien?



JB: Duro unos dos años, pero fue por épocas, como es un una película independiente teníamos que darnos tiempo para coordinar con la gente que actuó, todos eran amigos nuestros que actuaron voluntariamente.

También tuvimos muchos atrasos. Y dependíamos de cosas de las que no estamos acostumbrados. Cuando pintas solo estas tu y el soporte con los materias que usaras, en cambio, acá dependíamos para empezar de que la cámara este con batería, del tiempo de los actores, si es de día o de noche, pero la mayor dificultad fue tener que acostumbrarnos a lidiar con las maquinas para guardar y proteger lo que íbamos filmando.

El presupuesto para realizar la película yo creo que puede haber sido de ochocientos soles aproximadamente. Pero al momento de sacar el tiraje para la fabricación de los dvds sí gastamos como dos mil soles. Nunca contratamos a nadie, los únicos gastos fueron de utilería.



C: Como artista plástico (curiosamente Lynch también lo es), ¿crees que ello es un plus para alguien que está incursionando en el lenguaje cinematográfico?, ¿de qué forma?


JB: Definitivamente sí, porque trabajas con la imagen y también con el inconsciente todo el tiempo.


C: Hay bastantes situaciones freudianas, ¿Qué tan premeditado fue?

JB: Como te comentaba hace un momento, en nuestra película, así como en nuestro modo de expresarnos en el arte, nada esta "premeditado", en realidad es bastante espontaneo, es como que tratamos de escuchar agudamente nuestro interior.



C: ¿Puedes dar algunos avances de tu próximo proyecto?

JB: Creo que te puedo decir que narrativamente va a ser bastante parecido, porque todavía continúo con una serie de inquietudes similares.



C: ¿Cómo ves la escena cinematográfica local? ¿consideras que hay una necesidad de cambio de dirección?


JB: Más que eso, te diría que animaría las personas a darse cuenta que deben creer en ellos mismos y mandarse a hacer sus cosas. A crear su rollo, a expresar lo que los “mueve por dentro”. Para esto no se necesita un gran presupuesto. Se necesita una cámara para grabar y una maquina en donde puedan cuidar y editar lo que filman. Esto es todo. Ahora por el formato digital las cámaras no son tan caras como hace años que tenías que conseguir una con rollo y era carísimo.


Links
http://sinmute.blogspot.com/
http://www.anabalcazarbartra.blogspot.com/
http://javierbellidov.blogspot.com/
http://cinestesiaperu.blogspot.com/2010/10/sinmute-de-javier-bellido-y-ana.html
http://lacinefilianoespatriota.blogspot.com/2010/07/miniciclo-nuevo-cine-peruano-parte-3.html

EL AURA, DE BIELINSKY, HOY Y MAÑANA EN EL INC DE LAMBAYEQUE




ESTA SEMANA:



" EL AURA" (2005)



JUEVES 14 y VIERNES 15 DE OCTUBRE


Dirección: Fabián Bielinsky



HORA: 7:30 p.m.

INGRESO LIBRE



CINECLUB DE LA DRC-LAMBAYEQUE

Av.Luis Gonzáles 345-Chiclayo

¡LOS ESPERAMOS!

Tuesday, October 12, 2010

OCTUBRE (2010) DE DANIEL Y DIEGO VEGA




De lo mejor que hay en el cine de Daniel y Diego Vega le podríamos echar la culpa a Bresson, a Kaurismäki y a los directores de 25 Watts y de Whisky; y de lo peor le podríamos echar la culpa al cine de Lombardi. Quiero graficar así (apenas exagero) el cambio y la continuidad del cine de los hermanos Vega con respecto a una poco venerable (y bastante vulnerable) tradición. Resulta sencillo y alentador comprobar que nuevas generaciones (empezando por una nueva ola de cineastas peruanos que hacen películas en digital) están superando, felizmente, una vergonzosa, inocultable –y si vamos al fondo tragicómica– ignorancia (o incapacidad de asimilación, replanteamiento y renovación) más que evidente en demasiados cineastas peruanos de generaciones anteriores (y también de varios de las no-anteriores) en relación al cine moderno, a lo que los más grandes están haciendo en los últimos años; en suma: al cine que quedará (hablo del cine como arte, como campo para el pensamiento, la exploración y la experimentación). Ha sido necesario (muy comprensible si consideramos el escenario chauvinista, conformista, cobarde, retrógrado, conservador y especialmente endogámico que combatimos) mencionar repetidas veces y casi obsesivamente algo obvio que no parece serlo –paradójica, sintomáticamente– entre quienes mejor deberían saberlo en nuestro país y desde hace tiempo: la necesidad absoluta de nuevos referentes para mejorar e incluso revolucionar nuestro cine. Sería absurdo (mezquino, tonto, inútil) entonces no decirlo con claridad: al ver Octubre apreciamos evidencias de un progreso; un progreso complementario a lo que Héctor Gálvez logra con Paraíso. Aunque sigo pensando que las experiencias cinematográficas más radicales en el Perú de los últimos años se han hecho en digital. Sin Conacine y sin industria. El tamaño del progreso que implica Octubre en el campo de la producción ‘oficial’ puede ser un tema para discutir, sin duda; pero la evidencia de un progreso creo que es indiscutible. Este no es un cine ingenuo, irreflexivo, anticuado, obnubilado, chapucero, oportunista, autómata… El cine de los hermanos Vega no es uno que dé vergüenza (aclaro: hablo desde el amor al cine y desde un cierto conocimiento de él y no desde el odio a cineastas que a mi juicio simplemente no se esforzaron lo suficiente para ver; mi trabajo es ver, diría Jean-Luc Godard) y tampoco es un cine que necesite ser ‘salvado’ (pero: ¿cómo salvar algo muerto?) por críticos que dan vergüenza (cambiaron su profesión por otra más ardua y no sé si más rentable: maquilladores de cadáveres).



Por otra parte, no creo que el cine peruano –al menos el salido regularmente de los premios que otorga un cuestionado Conacine (no por Lombardi & Co.)– haya superado aún la larga fase en que ha vivido casi desde siempre: la de hacer caricaturas (¿será ese su destino?) pero en relación a Octubre hay un hecho positivo (algunos creerán que ironizo, juro que no): los hermanos Vega han hecho caricaturas, sí, pero creo que de otra clase, más sutiles: caricaturas conscientes. Lo contrario abunda: ejemplos monstruosos sobran; caricaturas cuyos responsables esperaban que dijéramos: ¡qué reales! ¡qué graciosas! ¡cuán dramáticas! cuando obedecían esquematismos de lo más torpe que un cerebro humano pueda concebir: caricaturas inconscientes. Y sin gracia.



Los directores de Octubre han entendido lo que significa el minimalismo. Han entendido que una película no será mejor, necesariamente, por contar con más personajes, más acción, más diálogos, más giros, más escenarios, más gritos, más jadeos, más violencia, más tramas, más malas palabras, más desnudos, más explicaciones, más decorados, más metraje, más temas, más dinero (que no hay)... Esa purga, depuración, reducción, compresión, ascetismo, simplificación, ese control, esa contención, esa conciencia formal (toda una novedad: la superabundancia de planos breves, estáticos, de esta película, en el cine peruano) significa un progreso. Se agradecen, en la puesta en escena, en las actuaciones, en los diálogos, en los planos, la sequedad, la atención al detalle, la precisión… Queda demostrado que actores peruanos pueden ser controlados y que se les puede usar en lo más directo e inmediato, en lo que transmiten sus rostros, en el sentido más físico; para simbolizar, sin tanta ‘psicología’. A la vez, sería falso decir que todos los chistes funcionan; también los hay de ‘mal mal gusto’ y que recuerdan lo peor de la tradición. Por fortuna, Octubre no es una película que intente ser realista, o lo es más que otras, al trabajar con la realidad de las caricaturas en vez de tomarlas literalmente por ‘reales’. El suyo es un cine de ‘figuras’ más bien que de personajes en el sentido más corriente. Esa forma de hacer implica revisión crítica, es decir: autoconciencia. Algo que sin duda necesitamos. Aún si fuera el caso considerar a Octubre sobre todo un ejercicio de estilo… Ver una realidad o re-inventarla vía la caricatura y el humor negro es una opción legítima. No todo es testimonio ‘directo’ de la realidad y construcción psicológica. ¿Por qué les costó 8 años materializar este proyecto? ¿Habrá sido tal vez un rasgo de humor negro de la institución (juzgada por muchos caricaturesca) que promueve el cine en el Perú?


Mario Castro Cobos



Monday, October 11, 2010

HOY, A LAS 7: LA MUERTE DEL SR. LAZARESCU (2005) DE CRISTI PUIU, EN LA CAYETANO HEREDIA




Cineclub de la Cayetano de Heredia.- Lunes. 7 de la noche. Av. Armendáriz 445, Miraflores. Entrada Libre.



DIEZ PELÍCULAS PARA UNA DÉCADA: NUEVO CICLO EN LA CAYETANO HEREDIA

http://lacinefilianoespatriota.blogspot.com/2010/10/diez-peliculas-para-una-decada-nuevo.html




Lunes 11 de Octubre:

La muerte del Sr. Lazarescu, de Cristi Puiu (Rumania. 2005, 147’). “El primer médico le toca el hígado y siente un problema: cáncer. Aunque rudo, tiene razón. Lo mismo con el doctor que le pide que firme la aprobación para ser operado (…) La película para mí no es tanto acerca de lo social sino sobre algo metafísico. Estamos condenados de alguna manera. Es una película para gente que se pregunta las mismas cosas que me pregunto yo: ¿Para qué estamos aquí? ¿De qué se trata todo esto? ¿Controlamos los eventos, o ellos nos controlan?”



Entrevista con Cristi Puiu

¿Por qué decidiste filmar la película con tomas largas y la cámara en mano?

Cuando estudiaba descubrí a autores y sus ideas, como la cita de Godard de que "el cine es verdad 24 cuadros por segundo"; lo cual no es verdad, pero es interesante tratar al menos de tomar una parte de esa verdad. Godard también dijo que "cada corte es una mentira", así que yo me dije: tal vez, entre corte y corte, podemos conseguir esa impresión de verdad. Más largos los planos, menos cortes, más verdad. Pero también es una cuestión de tiempo: para inducir al espectador la sensación del tiempo que pasa, tenía que ser así. Era importante que el espectador sienta ese tiempo que pasa y cómo la persona se acerca cada vez más a la muerte.

Alguna vez dijiste que te inspíraste en la serie de TV, "E.R."...

Inspirarme es la palabra equivocada. Me fastidia esa serie. La forma es la que tratan a los pacientes me parece increíble. Lo que me disgusta de E.R. es cómo se muestra a los doctores, su nivel de interés en los pacientes. Hay una distancia que deben mantener: no deben involucrarse emocionalmente, tienen que ser como máquinas, protegerse para proteger a los otros. Suponé que en un año te vas a morir. Cuando vas al doctor, esperás que te cure y no que se ponga a llorar con vos. Ahí sí que sabés que estás liquidado.

No es un filme sobre doctores el tuyo...

No, tampoco es sobre mala praxis. El primer doctor le toca el hígado y siente que hay un problema: cancer. Aunque sea rudo, tiene razón. Lo mismo el doctor que le pide que firme una aprobación para ser operado. Podés entender sus motivos. La película para mí no es tanto acerca de lo social sino sobre algo metafísico. Todos estamos condenados de alguna manera. Es una película para la gente que se pregunta las mismas cosas que me pregunto yo: ¿Para qué estamos aquí? ¿De qué se trata todo esto? ¿Controlamos los eventos o ellos nos controlan?

"Lazarescu" tiene una dimensión filosófica pero su textura es realista. Muchos creen que es un retrato del sistema de salud en Rumania, pero es mucho más...

Sí, es también sobre las instituciones, pero más que nada es sobre la desaparición de un ser humano. El se va, así como así. Podría haber mostrado a un hombre durante dos horas muriendo lentamente en su sofá. Eso habría sido todo un desafío. Pero sería como un autoretrato. Y yo no me atrevo a filmarme a mí mismo. Soy muy tímido.

¿Qué hay de autobiográfico en el filme?

En 2001 me convertí en un hipocondríaco. Fue antes de llegar a Cannes con mi primera película. Me agarró terror de ir. Antes de salir fui a ver a varios doctores y a investigar por internet porque estaba convencido que tenía un problema de colon.y que tenía cáncer. Igual fui a Cannes, pero me la pasé casi sin comer. Fue durísimo. Todas estas preguntas surgieron de allí, lo mismo que mis investigaciones médicas. Desde entonces y hasta ahora ya tuve, en mi cabeza, muchísimas enfermedades más.



Links
http://www.nodo50.org/rebeldemule/foro/viewtopic.php?f=3&t=6302





Friday, October 08, 2010

DIEZ PELÍCULAS PARA UNA DÉCADA: NUEVO CICLO EN LA CAYETANO HEREDIA




Cineclub de la Cayetano de Heredia.- Lunes. 7 de la noche. Av. Armendáriz 445, Miraflores. Entrada Libre.






Lunes 11 de Octubre:

La muerte del Sr. Lazarescu, de Cristi Puiu (Rumania. 2005, 147’). “El primer médico le toca el hígado y siente un problema: cáncer. Aunque rudo, tiene razón. Lo mismo con el doctor que le pide que firme la aprobación para ser operado (…) La película para mí no es tanto acerca de lo social sino sobre algo metafísico. Estamos condenados de alguna manera. Es una película para gente que se pregunta las mismas cosas que me pregunto yo: ¿Para qué estamos aquí? ¿De qué se trata todo esto? ¿Controlamos los eventos, o ellos nos controlan?”





Lunes 18 de Octubre:

Las armonías de Werckmeister, de Béla Tarr (Hungría. 2000, 145’). “Y ahora, veremos una explicación que nos ayudará a comprender, incluso a gente sencilla como nosotros, el significado de la inmortalidad. Lo único que os pido es que caminéis conmigo por la inmensidad en la que la constancia, la quietud y la paz, reinan en un vacío infinito”. János Valushka, Armonías de Werckmeister (…) “Todo es mucho más grande. El ser humano no es más que una muy pequeña parte del cosmos”. Béla Tarr.





Lunes 25 de Octubre:

Un lugar en la tierra, de Artur Aristakisian (Rusia. 2001, 123’). “La sociedad actual observa estrictamente la autonomía del espacio personal. Cada quien vive para sí. Cada uno duerme en su cama. No tan obvio, pero hay un tabú contra dormir en la misma cama; incluso, si la gente la comparte, es la excepción a la regla. Es imposible, sin embargo, imaginar una tribu donde la gente no se eche o duerma junta. Es lo tribal, primordial, pre-cristiano; si se quiere, el conocimiento sacrílego del Cuerpo de Cristo.”





Lunes 8 de Noviembre:

My Winnipeg, de Guy Maddin (Canadá. 2007, 80’). “El documental tiene bordes muy elásticos, todo el mundo entiende que no hay algo así como un documental completamente ‘honesto’. Todo depende del punto de vista, así que este solo es otro punto de vista. Me di cuenta de que no podía separar mi hogar, mi familia, mi pueblo natal; estaban inextricablemente enmarañados. Para mostrar mi Winnipeg, tenía que mostrar un híbrido.”






Lunes 15 de Noviembre:

Juventud en marcha, de Pedro Costa (Portugal. 2006, 155’). “…Reis, Straub, Ventura... son hombres un tanto hundidos. Cuando hablo de Ventura, lo siento como un abismo. Un abismo entre él y yo. Él es negro, habla criollo, pertenece a otra clase social. Yo tenía mucho miedo a eso; esa situación influyó en la posición de mi cámara. Al mismo tiempo, este abismo nos ha acercado. Nos veíamos todos los días, pero había un abismo que era necesario superar, y el film se ha alimentado de eso. Todas sus imprecisiones, los flashback, las historias... todo ello debería seguir siendo un abismo.”






Lunes 22 de Noviembre:

Tres tiempos, de Hou Hsiao-hsien (Taiwán. 2005, 120’). “Resulta difícil verla sin sentir el mismo desasosiego, la misma inquietud existencial de los personajes. En una entrevista Hou aseguró que a todo a lo que aspiraba era a reflejar de lejos la vida de las personas, porque la distancia permitía ver el rumbo que llevaban más allá de la acción. Quizá lo que atemoriza - y fascina- de sus películas es que, en mayor o menor medida, en la distancia desde la que filma, todos somos iguales, y podemos leer en cada personaje un poco de nosotros mismos y de esta desazón que a veces nos asalta. (Magdalena Navarro).





Lunes 29 de Noviembre:

Síndromes y un siglo, de Apichatpong Weerasethakul (Tailandia. 2006, 105’). Lo que conecta las dos partes, lo que guía la narración, es la persona que inspiró cada una de ellas. La primera mitad la hice pensando en mi madre, la segunda en mi padre. Mi madre es más delicada, le encanta la naturaleza, es una persona muy cálida. Y mi padre es más complicado, con muchas preocupaciones, el tipo de persona que encuentras en una ciudad. Son dos personalidades diferentes retratadas en una misma película."






Lunes 6 de Diciembre:

¿Qué hora es allí?, de Tsai Ming-liang (Taiwán. 2001, 116’). “Para mí, el cine es un arte de la mirada. Lo importante es lo que se quiere mostrar, y no lo que queremos hacer saber al espectador. En general, el público prefiere relacionarse con las historias, suponiendo que a través de ellas podría tenerse una cierta aprehensión de la vida. Yo pienso, sin embargo, que es a través del objeto de la mirada que se siente una emoción, y la historia que cuenta una película no tiene nada que ver con esto.”






Lunes 13 de Diciembre:

Shara, de Naomi Kawase (Japón. 2003, 100’). “Contar historias es contar cómo la gente vive, sufre, se une y se separa. Para mí nuestra realidad interior no viene siempre de nuestras emociones. Podemos llorar sin sentir trsiteza o reír sin sentir alegría. Hay una distancia entre lo que mostramos y nuestros sentimientos más profundos. En ese sentido, la lágrima que Ayako derrama al final del film no puede explicarse fácilmente; está abierta a muchas interpretaciones...”






Lunes 20 de Diciembre:

El Mundo, de Jia Zhang-ke (China. 200, 140‘). “Beijing es una ciudad llena de paisajes artificiales… La gente venida de otras partes del país tiene un rol importante en el film, que trata sobre quienes trabajan en ambientes como el Parque Temático. Las chicas haciendo danzas españolas o africanas, y algunos guardias de seguridad, todos trabajando en el parque, y además cómo se relacionan con otros migrantes que han venido a buscar trabajo en la ciudad. El film se focaliza en cómo ese grupo de personas forma una comunidad.”




Thursday, October 07, 2010

CÓMO SE HACE CINE EN EL PERÚ (¡AJÁ!)




CÓMO SE HACE CINE EN EL PERU

Cineastas y productores nacionales cuentan cómo realizar proyectos cinematográficos. Todos los jueves de Octubre, a las 7:30 en el Auditorio del Centro Cultural Británico (Miraflores). Entrada Libre

Jueves 7:

COMO ESCRIBIR UN GUIÓN

Enrica Peréz: Realizó el Máster en Dirección de cine en La Universidad Columbia, en Nueva York. Actualmente desarrolla el proyecto “CLIMAS”, ganador del premio CONACINE

Eduardo Adrianzén: Dramaturgo y guionista televisivo desde 1985 (“Los de arriba y los de abajo”, “Eva del Edén”). Ha publicado el libro “Telenovelas: cómo son, cómo se escriben”

Emilio Bustamante: Docente universitario, crítico de cine y guionista.

Jueves 14:

PRESENTACIÓN DE PROYECTOS

Luis Quequezana: Cineasta y músico, Con el proyecto “Sonidos Vivos” consigue financiamiento de: CONACINE. IBERMEDIA, UNESCO, AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPARACION INTERNACIONAL

Enid Campos: Productora de las películas “Paloma de papel”, “Días de Santiago”, “Condominio”, “Dioses”. Y prontamente “Climas”

Jueves 21:

EL FINANCIAMIENTO

Nathalie Hendrickx: Docente universitaria. Productora de “El bien esquivo”, “Una sombra al frente” y “La vigilia”. Co autora del libro: Financiamiento, Distribución Y MKT del cine peruano

Ana María Roca Rey: Productora de las películas; “Un día sin sexo” y “Tarata”. Y de la serie “Mi problema con las mujeres”

Jueves 28:

LA DISTRIBUCIÓN

Héctor Gálvez: Realizador de la película “Paraíso”. Consiguió las siguientes fuentes de financiamiento: CONACINE, IBERMEDIA y el GOTEBORG INTERNACIONAL FILM FESTIVAL.

Posteriormente se hará la presentación del libro:
“CONFESIONES FÍLMICAS: 12 Lecciones de directores sobre cómo se hace cine en el Perú” de Pablo J. Ruiz y Jose Tsang

Basado en 12 entrevistas a realizadores peruanos.

http://www.centrocultural.britanico.edu.pe/Auditorio_Detalle.aspx


PARA VER LAS ENTREVISTAS A CINEASTAS NACIONALES Y LATINOAMERICANOS, DONDE CUENTAN COMO HACER UNA PELICULA
VISITE EL BLOG:


http://comosehacecineenelperu.blogspot.com/

CORTOS EXPERIMENTALES, HOY JUEVES A LAS 7:30 EN EL INC DE LAMBAYEQUE





ESTA SEMANA:



CORTOS EXPERIMENTALES



"AUSENTE"


Dir.: Fabricio Rebatta


"LEGADO DE LOS CÁRPATOS"

Dir.: Cristian Cancho



"MIRAFLORES NO ES BEUNOS AIRES"

Dir.: Cristian Cancho





JUEVES 07 DE OCTUBRE

HORA: 7:30 p.m.

INGRESO LIBRE



CINECLUB DEL INC-LAMBAYEQUE

Av.Luis Gonzáles 345-Chiclayo

¡LOS ESPERAMOS!