LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Monday, November 27, 2006

TRAILERS "VER O NO VER"


CINE NO PARA CUALQUIERA


Son éstas las desesperadamente esperadas películas extremas y exquisitas que se ofrecen para el goce elitista de los cuatro gatos que leen este triste blog, gracias a la eurocentrista Muestra de Cine VER O NO VER.

Aquí los tráilers de los films:

Three Times - Hou Hsiao-Hsien

http://www.youtube.com/watch?v=RaEAHnCZZ4A


Distant Voices, Still Lives - Terence Davies
http://www.youtube.com/watch?v=S39EjG1We1o


Sombre - Phillipe Grandrieux
http://www.youtube.com/watch?v=PUdeSdy9PBI


Bad Lieutenant - Abel Ferrara
http://www.youtube.com/watch?v=ihNE0qstteE


Chinesisches Roulette - Rainer Werner Fassbinder
http://www.youtube.com/watch?v=kdBueO_hUYk


Bilbao - Bigas Luna
http://www.youtube.com/watch?v=zh8Tr8eEfb8

Saturday, November 25, 2006

FIRMAR O NO FIRMAR


SEÑOR MINISTRO, ESTÁMPELA
El cine peruano se lo agradecerá


La campaña por el cumplimiento de la Ley del Cine parece llegar a su fin. En los próximos días el Presupuesto Nacional será aprobado y finalmente todos podremos saber si la industria cinematográfica está o no en los planes del Gobierno. La documentación, los papeles, las cifras, todo se encuentra ahora en manos del Ministro de Educación.

Señor Ministro, usted sabe mejor que nosotros lo vital que resulta la participación del Estado para la consolidación de esta industria. Usted sabe tan bien como nosotros si el Estado dispone de los recursos para esta acción. El Cine Peruano espera su firma.


LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

FIRME USTED


SEÑOR MINISTRO, ¡ESTÁMPELA!
El cine peruano se lo agradecerá

Carlos Fernández, directivo de CONACINE, pidió conversar con nosotros sobre las decisivas próximas horas. Aquí el resultado.

Deseabas comunicarnos una noticia que tiene que ver con el Presupuesto Nacional del próximo año. ¿Cuándo se va a aprobar?

Tengo entendido que el parlamento aprueba la quincena de diciembre el presupuesto, eso es en tres semanas.

¿CONACINE ya presentó los documentos que tenía que presentar?

Nosotros, los miembros de la Mesa Directiva, hemos hecho todas las coordinaciones pertinentes y presentado todo lo necesario. En estos momentos ya hay un documento de Educación hacia Economía pidiendo lo que está en la Ley, que es el presupuesto completo.

Aproximadamente siete millones.

Seis millones setecientos mil, aproximadamente. Y lo único que falta es la firma del Ministro.

¿Con la firma del Ministro Chang ya está todo listo?

Claro. Estamos a la espera de que el Ministro, en las próximas horas, firme el documento para que siga el proceso normal. Ya está sustentado con el plan anual y ya están hechos todos los cálculos; falta, simplemente, que él estampe su firma para que esto corra y tengamos al fin un presupuesto completo.

¿Qué crees que ocurrirá si la firma del Ministro finalmente no es estampada sobre dicho documento?

Prefiero no pensar en eso. Me parece justo que en este año, cuando ha habido un superávit presupuestal y leemos todos los meses en los periódicos que hay récord de exportación y que estamos en azul, bueno pues, que se cumpla con la Ley. No estamos pidiendo nada descabellado, ni es el berrinche de cuatro pituquitos. Estamos hablando de una industria, que va a redundar en beneficio del país, no solamente como cultura, imagen en el exterior, sino también económicamente.

Pienso que el ministro, que además es productor cinematográfico...

Ah, pero cuéntanos...

Bueno, él es uno de los socios de Alpamayo, socio de Hernán Garrido Lecca, por lo tanto es productor cinematográfico. Yo sinceramente no creo que el Ministro no quiera firmar algo que tiene que ver con una actividad en la que él participa.

...Pero él es un hombre de cine, entonces debemos tener plena confianza en él ya que es un cargo técnico más que político como ha dicho nuestro Señor Presidente.

Creo que el Señor Ministro debe haber estado bastante ocupado pero yo confío en que las próximas horas dé curso a esto, que se cumpla con la Ley y que podamos tener al fin un despegue de la cinematografía. Todos los miembros de la Mesa Directiva tenemos el mismo pensamiento.

No estamos pidiendo ningún favor, sino que se cumpla la Ley. Con eso el próximo año podemos hacer no solamente los concursos, sino poder ver lo que es la Cinemateca, el Film Comission, los talleres de Formación...

Tú eres representante de los docentes en la Mesa Directiva del CONACINE que en un par de meses ya está de salida. ¿Dejas algún proyecto pendiente?

Estoy preparando una ayuda memoria con un plan a corto, mediano y largo plazo para la capacitación de los nuevos cineastas. Quisiera aprovechar este espacio para pedirles a los colegas docentes que me hagan llegar sus sugerencias, qué piensan ellos de, por ejemplo, lo que yo propongo: la creación a largo plazo de una Escuela de Cine. Pueden escribirme a:
carlosfer64@hotmail.com

Además nos llamaste para hacer una precisión sobre la entrevista que publicamos hace unos días en nuestra página.

Lo que pasa es lo siguiente: habíamos hablado sobre la cuestión presupuestal y yo había hecho un comentario sobre la actual situación de la actual oficina del CONACINE y creo que dije algunas cosas que deben ser puntualizadas, redondeadas.

Adelante, por favor.

Cuando me refería a la oficina y a que los actuales empleados se ahogaban en los concursos, a lo que me refería era que este año ha habido el doble de concursos del año pasado, merced a un crédito suplementario que gestionó el Ministro Sota Nadal. Es por eso que, a diferencia del año pasado, se pudo hacer un segundo concurso de largometrajes -esta vez para regiones- y un concurso de documentales. Aparte de eso, estuvo el DOC-TV que también es un concurso de documentales e IBERMEDIA tuvo dos convocatorias, a diferencia del año pasado, que solo tuvo una.

Entonces, el personal de la oficina se vio con el doble de trabajo de la noche a la mañana. Encima han habido nuevas reglas sobre el uso de la caja chica, a raíz de la entrada del nuevo gobierno. Hay cosas que hasta da vergüenza decirlas.

Explícanos.

El hecho de que se recorten pasajes, que se recorte excesivamente el uso de llamadas o que solamente haya dinero para fotocopias. Tienes esas medidas que recortan los gastos en la oficina y sin embargo tienes el doble de trabajo... Afortunadamente el equipo de la oficina, al mando del secretario ejecutivo, es gente competente y ha sabido capear el temporal, algunas veces incluso sacando dinero de su bolsillo.

Esa fue la razón por la que en la entrevista anterior yo dije que si se aumenta el presupuesto como debe ser, según Ley, una parte de ese presupuesto debe estar destinado a una mejor logística en la oficina.

Simplemente quería hacer hincapié en esa aclaración.

(Entrevista: Mario Castro y Fernando Vílchez)

Wednesday, November 22, 2006

EDITORIAL


¿Por qué causa luchan nuestras Ángeles de Charlie?

Primer Acto
Érase una vez una ley, con varios números: 26370, que obliga al Estado Peruano a pagar de manera anual y puntual un fondo económico, destinado a promover la industria cinematográfica en nuestro país (estamos hablando aproximadamente de siete millones de soles anuales). Esto deberá canalizarse a través del CONACINE, organismo que pertenece al Ministerio de Educación, y que debe distribuir ese fondo por medio de concursos públicos entre los proyectos cinematográficos que cumplan con los requisitos artísticos y técnicos que se exige en cada oportunidad.

Segundo Acto
Desde la creación de la ley y con tenacidad envidiable, el Estado insiste en olvidarse del pago mencionado. Como nunca antes, este año se ha iniciado una campaña que exige del gobierno del presidente García un futuro diferente.

Tercer Acto
A raíz de este legítimo reclamo, no han faltado voces profetas poseídas por el horror que anuncian el nacimiento de una nueva clase de parásitos en el país: la del gremio cinematográfico, extraño grupito de amigos que sueña con vivir de los impuestos nacionales y del subsidio sin tener en cuenta que existen necesidades estatales urgentes a nivel nacional (educación, salud, seguridad) y obviando que hace mucho la sociedad civil exige de los gobernantes una política de austeridad.

Cuarto Acto
Como respuesta, muchos argumentan que el dinero estatal no supone un subsidio, sino una inversión. Al fomentar la industria del Cine, ésta empieza a generar una cadena de ingresos que van desde empleos a carpinteros, abogados, contadores, costureros, etc., hasta a los propios técnicos audiovisuales, actores y demás miembros de cada rodaje importante. Los aterrados profetas responden recordándonos una ley fundamental de la economía: Una industria no existe sin un mercado. ¿Cuál es el mercado de una película peruana? ¿Permanecer dos, tres semanas en un multicine? O peor: ¿Cuál es el mercado para un cortometraje o un documental? ¿La esforzada y milagrosa exhibición en algún cine-club, en un programa dominical?

Quinto Acto
En realidad el gobierno, en lugar de inyectar con capital a la industria cinematográfica y terminar realizando un subsidio –palabra prohibida en la economía actual- lo que está haciendo es crear las condiciones de mercado para el cine. Comparemos a nuestra sociedad cinematográfica con una comunidad amazónica que posee buenas cosechas de café cada año. Podrían vender su café en las ciudades, pero no tienen conocimiento de ello o no tienen la posibilidad de transportar sus productos al no existir un puente que los comunique con dichas ciudades. Es ahí donde el Estado aparece para la construcción de dicho puente.
¿La empresa privada va a construir ese puente? Desde luego que no, a menos que tengan posibilidades de terminar siendo dueños de esa comunidad en su totalidad. Le corresponde al Estado la construcción de ese puente, y esto está lejos de ser un subsidio. La ley del cine equivale a ese puente, una posibilidad para que los cineastas y productores accedan con mayor facilidad a un mercado doméstico y exterior, y a partir de ahí se genere la industria y, posteriormente, trabajo para ellos, bienestar para los consumidores, y, por qué no, un realce del Perú en términos artísticos a nivel latinoamericano y luego mundial.

Sexto Acto
Tampoco es que el Estado regale el dinero. Los premios más importantes en los concursos de CONACINE (fases de Producción o Postproducción para largometrajes, por ejemplo) exigen que los cineastas ganadores entreguen, al vencimiento del contrato, una copia final en celuloide de la película premiada, copia que cuesta... prácticamente el premio obtenido, terminando esa copia en el archivo estatal. ¿Qué ganan realmente los cineastas? Es principalmente la posibilidad de conseguir coproductores, financistas, fuera del país. Poquísimas personas mostrarán interés en tu proyecto si antes tu propio país no te ha ofrecido el apoyo. Es elemental. El dinero que otorga el Estado resulta entonces un estimulante para que el proyecto empiece a marchar y no un dinero que sirve para que alguien se dé unas buenas vacaciones.

Séptimo Acto
Por otro lado, si bien no abundan los técnicos audiovisuales, existe una significante diversidad –que se hace mucho mayor con el paso de los años- como para esperar que el fondo estatal vaya siempre a los mismos cineastas, a las mismas empresas productoras, al mismo “grupo de amigos” –como repiten algunos-.

Octavo Acto
Desde luego, la construcción de un puente no sirve de nada si el café que produce la comunidad amazónica es de pésima calidad (¿quién entonces lo consumiría?) En el caso de nuestro cine, es evidente que existe un interés a nivel internacional (los recientes premios para Josué Méndez y Claudia Llosa con el World Cinema Fund de Berlín es una buena prueba). Sin embargo, de ahí a creer que el cine peruano está en un momento espectacular deviene en el permanente autoengaño que cuestionamos desde la creación de esta página. En realidad, tener como voceros a ´Chicho´ Durant o a Eduardo Mendoza ¡son buenos motivos para no apoyar la campaña!
Sin embargo, deseamos que vengan buenas noticias y por un motivo mucho más sencillo de explicar: con mayor apoyo, existe la posibilidad de lograr que el cine peruano se haga realmente trascendente a nivel mundial. Sin ese apoyo, las esperanzas ni siquiera existirían.

Noveno Acto
Como ustedes recuerdan, creemos que de nada servirá obtener los fondos si no existe en nuestros cineastas las ganas de ofrecer nuevas expresiones, más importantes, más honestas, más inteligentes de las mostradas hasta ahora. Lamentablemente, la historia no acompaña al CONACINE. Desde Ciudad de M hasta Imposible Amor, desde Django, la otra cara hasta Mariposa Negra (premiada en el último concurso) más han sido los errores que los aciertos en los concursos de CONACINE. Pero estos errores no invalidan la idea que se sostiene de por qué financiar al cine, sino más bien el mecanismo de elección de ganadores, y ese es otro cantar.

¿Último? Acto
La ley lo exige. He ahí suficiente motivo para que el gobierno cumpla con el pago. De todas maneras, se han formulado mucho más razones para que todos se convenzan de apoyarnos: Refuerza nuestra identidad, fomenta el turismo… ¿Eso significaría entonces que CONACINE deberá premiar a las películas que hagan del análisis social un requisito previo incluso a su propio argumento y/o a las que aprovechen nuestras regiones como postales turísticas?

Una vez más… ¿Qué cine tenemos? ¿Qué cine queremos? Muertos de la duda, conversamos con Carlos Fernández, uno de los actuales directivos de CONACINE, en una valiosa entrevista que ustedes podrán leer al final de esta edición. También les ofrecemos un especial que será la delicia de nuestros estudiantes de Comunicaciones: cómo se prepara una película en nuestro país, desde la etapa de planificación, escritura de guión, hasta la post producción y posterior distribución de una película. En esta primera parte, conversamos con Enid “Pinky” Campos, quizá la productora más exitosa del momento. Además, nuestras opiniones sobre los últimos estrenos de cine nacional que pudimos apreciar: La Prueba, de Judith Vélez, Talk Show, de Sandro Ventura, y Mariposa Negra, de Francisco J. Lombardi, así como de las películas que más nos gustaron del Festival de Cine Europeo.
Les damos la bienvenida a nuestros nuevos -y excelentes- redactores Alberto Angulo, Robinson Díaz, César Guerra y, desde Buenos Aires, Claudia Von. Les agradecemos la confianza al compartir sus textos con nosotros a partir de este número.
Y antes de todo lo anunciado, una noticia feliz. Ajústese en su asiento, incluya esta página entre los Favoritos de su computadora y lea con atención la siguiente entrevista.


LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

LA PROMESA


EL CANTAR DE SALOMÓN


Revista Butaca. Año 7, Número 25, Agosto 2005
Entrevista a Salomón Lerner Febres (extracto) realizada por Gabriel Quispe Medina y Mario Castro Cobos
Última Interrogante. Página 77 (abajo)


Butaca: ¿Qué planes tiene como Presidente del Directorio de la Filmoteca PUCP?
SLF: Bueno, voy a reunirme con los miembros del Directorio... porque lo que queremos es intensificar la presentación de ciclos de cine en ámbitos universitarios, formando una red de universidades donde puedan presentarse estos ciclos de cine. Y también que en la sala de la universidad haya los días jueves, viernes, sábados y domingos por la mañana, y en funciones de medianoche, ciclos de cine o película de éstas que son valiosas, y que están dentro de los fondos de la Filmoteca, para los amantes del cine... a precios... un sol o una cosa así. De modo que se reavive esta pasión por el cine, que lo jóvenes puedan conocer ese cine que vimos y gozamos tanto y que ellos desconocen.

VER O NO VER


ARRANCA LA MUESTRA “VER O NO VER”
¿Será el germen para un futuro nuevo Festival en Lima?

Hace aproximadamente un año y medio, en una entrevista concedida a la revista de cine Butaca, el ex rector de la PUCP, Salomón Lerner, anunciaba una nueva etapa para la Filmoteca. Quizá la PUCP tiene hasta ahora algún problema económico (y quizá por eso Lerner es -también él- asiduo a Polvos Azules para aumentar su videoteca), o quizá la universidad, simplemente, tenga otros planes, el asunto es que nada de lo anunciado por el ex rector ha ocurrido.

Por eso tan agradable, tan refrescante, tan resaltante el esfuerzo de Enrique Vivar para armar esta Muestra de Cine que empieza en Diciembre. Él tuvo la intención de hacerla gratuita pero numerosos impedimentos legales se lo impidieron. Ha tenido que acortar fechas, y ahora el Cinematógrafo aceptó el reto de exhibir una tanda inicial. ¿De qué películas estamos hablando? Memoricen estos nombres:

Three Times (Hao Hsiao-Hsien), Werckmeister Harmonies (Béla Tarr), Demonlover (Oliver Assayas), Un lugar en la tierra (Artour Aristakisian), Anatomía del Infierno (Catherine Breillat), Songs from the Second Floor (Roy Andersson), Sympathy for Lady Vengeance (Park Chan-Wook) Tropical Malady (Apichatpong Weerasethakul) … ¡Imposible! Pero es cierto y esto es solamente un puñado de tan exquisita selección hecha por Vivar. Y como si no nos bastara, la Muestra incluye retrospectivas y revisiones de directores como Philippe Grandrieux, Kenneth Anger, Jonas Mekas, Stan Brakhage, Marco Ferreri, Jan Svankmajer, Abel Ferrara y un largo etcétera.
Desde aquí felicitamos al Cinematógrafo por la decisión. Sobre Vivar… ¿Qué lo lleva a organizar este evento? ¿A quiénes va dirigido? ¿Cómo serán las proyecciones? Nosotros conversamos con él para que nos informe aún más de este evento que, en caso resulte auspicioso en su primera semana, se alargará durante parte del próximo año. Realmente imperdible. Avisen a amigos y enemigos.


¿Por qué haces la Muestra?
Son varias razones. Personalmente, me gusta mucho el cine, me perturba.
Antes de viajar a Buenos Aires, en 1999, leí con mucha ilusión en La Gran Ilusión (número 4) una recapitulación de cien grandes directores. Tú veías ahí los nombres de Abbas Kiarostami, Atom Egoyan y pensabas: “Dios, ¿cuándo voy a ver esto?”. El primer día que piso Buenos Aires voy a un lugar que se llama el cine Cosmos, y tuve la suerte de encontrarme con El sabor de la Cereza. ¡Fue fantástico! Era, finalmente, ver algo sobre lo que había leído, y lo mejor de todo fue que lo que estaba viendo ¡no tenía nada que ver con lo que había leído!
Los de la revista El Amante se quejaban de no ver nada en los cines de Argentina pero yo estaba fascinado: El sabor de la cereza, La eternidad y un día, La mirada de Ulises... Eran las once de la mañana; el cine estaba abierto, y pasaban a Angelopoulos. Han pasado seis años –¡seis!- para que el Festival de Cine Europeo, aquí en Lima, la traigan, y la pongan en una función por ahí, y pongan en el programa sólo tres líneas acerca de la película... ¿Cómo vas a tratar así una película como ésta? Si lo vas a hacer, hazlo bien, hazlo completo, explica, promueve...
Es lo que quisiera acá. Los mejores cineastas del mundo en este momento están haciendo sus óperas magnas ¡y tú no sabes lo que te estás perdiendo! Hou Hsiao-Hsien, por citar un ejemplo, está especulando sobre su propio cine, pero no de una manera ingenua, como lo puede haber hecho Tarantino, sino estilísticamente.
El buen cineasta, en cualquier época, es alguien capaz de pensar cinematográficamente -en la sensación precisa que puede transmitir un desenfoque, en la función de un color, en la resonancia de un sonido, en una cadencia in crescendo de secuencias-. Lo que tú aprecias en el buen cineasta es la capacidad que tiene para jugar con los recursos que posee. Los directores que he seleccionado tienen la capacidad de saber cuándo mover la cámara, cuándo hacer un dolly, cuándo hacer una cámara lenta, cuándo iluminar en claroscuro, cuándo en contraluz, cuándo virar la película hacia un color, cuándo dejar de contarte la historia...
Eso es cine, de eso trata, eso es lo que yo aprecio, la valentía de poder llevar hasta el final tu propuesta cinematográfica. Ya nadie le pone su firma a las cosas. Estos cineastas tienen esa capacidad, piensan en imágenes.

Una persona entra a la sala, ¿qué sucede?
El cine parte por una cuestión sensorial. Hay que crear un proclima de acuerdo a cada película. Cada una tiene su propia música, narrativa, sensibilidad. Entonces, lo que yo quisiera antes de proyectar la película, es capturar el feeling de la película unos minutos, poner música, ambientarla, en la medida de lo posible.
Luego, una presentación concisa. No creo en la palabrería, en lo innecesariamente denso. El cine hay que dejarlo vivir y hay que dar las coordenadas para que el espectador lo capture, dando la mayor libertad posible para que él experimente y traduzca en una idea luego lo que le produjo la película.
Quiero tener la foto del director mientras estemos presentando la película, para que el público recuerde que hay un autor detrás. Dar una información precisa, dar razones de por qué uno debe seguir a Hou Hsiao-Hsien, por ejemplo, que está allá arriba, dando la pauta.

¿Vas a estar en las presentaciones y en las conversaciones después de la película?
En esta semana de Diciembre, yo voy a estar presentando Three Times, Distant voices, still lives, Bad Lieutenant y Bilbao. Mario Castro va a presentar el cine de vanguardia, Sombre, los cortos de Brakhage, Ruleta China, y Fedora.
Luego de la película, habrá un pequeño conversatorio para que la gente opine y diga qué fue lo que le pasó y para saber también qué tipo de cine es el que más le gusta, por qué lado están yendo sus sensibilidades, sus inclinaciones o sus preguntas... Se preguntarán muchas cosas, ¿no?
Además, cada persona que vaya se va a llevar a su casa una ficha coleccionable a la salida. Ahí van a tener la información de la película, una crítica, la biografía del director, filmografía completa, premios, todos los datos de la película, por cada una de las que vamos a pasar. Es una ficha para que la gente la conserve, una por una.

Como en los buenos tiempos de la Filmoteca de Lima, cuando estaba ubicada en el local del Museo de Arte...
Que no sé por qué la han cambiado de lugar... Ahora tú vas al PUCP y su programación es terrible. ¿Dónde están los ciclos, las muestras, las retrospectivas? Creo que tienen la capacidad para poder hacerlo y no lo hacen.

¿Pero no te entusiasma el Festival de la Católica?
¿A mí? No.

Pero bueno, todos sabemos que lo mejor del Festival de Cine Latinoamericano es el cine francés, no negarás que hay algo.
Estamos en el 2006... ¡No puedes hacer un Festival de Cine Latinoamericano! ¿Qué están defendiendo? ¿La papa? Realmente podemos llegar a ser objetos de burla.
Si Argentina ha podido lograr hacer un bastión importante con el BAFICI, ¿por qué aquí no podemos hacer alguna vez algo igual? Podemos tener el suficiente empeño y capacidad organizativa para hacer una Muestra o un Festival con los autores que realmente importen en el cine actualmente.
Lees Senses of Cinema, o Film Comment, o lees a Jonathan Rosenbaum y te das cuenta que el cine se está pensando en otra forma. Se piensa y se repiensa. ¿Cuándo va a pasar eso acá? ¿Cuándo? ¿Tienen que pasar diez años más?

¿Por qué hacer también presentaciones de películas no necesariamente contemporáneas?
Es importante ver esto como un mini-Festival. Creo que hay muchos cineastas que han tenido un cine experimental muy interesante, o que han sido fuentes de muchas cosas luego. Han sido átomos que luego han explotado en otros cineastas. Iniciadores de tendencias. Tú no puedes entender a John Waters si no has visto Flaming Creatures. ¡Esta es la madre del cordero! Todo el trash, el aquelarre de cuerpos, de gritos... es un sueño de fiebre. Hay tal libertad que no puede ser calificada simplemente como una película, sino como una bomba.
Y Brakhage es pues, un genio absoluto, pero no es mucho tiempo el que tiene con ese reconocimiento. Tú ves Window Water Baby Moving y ves la panza de su mujer embarazada en la tina y ves unas bolas de agua en su panza y notas que ha abstraído la realidad. Brakhage entiende sutilmente las formas, entiende el lenguaje abstracto que hay en el mundo, es fascinante.

No queremos pecar de pesimistas, pero ¿qué pasa si no va nadie? O si va la gente y se siente totalmente ajena a las películas y les parece al final solamente una muestra ajena, rara.
No creo. Yo voy a hacer todo lo posible para que eso no suceda. Y para eso tienes que tratar bien al espectador. No puedes ponerlo en un paredón y decirle “esto es cultura, esto no. Ahora consume”. No. Hay que decirles “siente, aprecia, comprende, percibe, deja tus prejuicios afuera, siéntate un rato y mira una buena película”… Hay un prejuicio muy fuerte, y un malentendido con este tipo de cine. No hay que ser tan cerrados. Veámoslo como un festival, un evento con secciones, y no como algo que termina acá, sino que continuará.

Esta no es una Muestra sólo para cinéfilos, sino para toda persona, cineasta o no, culta o que cree que es culta.
Desde luego, es para el que tenga ganas de ver buen cine. No hay que ver rellenos. No hay que irse a la moda. Estamos perdiendo tiempo. También es para gente que quiere descubrir el mundo, otras geografías. ¿Quién conoce Hungría? Ya pues, conózcanlo de la mano del señor Béla Tarr. ¿Quieren conocer Sudáfrica? Vean U-Carmen e-Khayelitsha. No hay que quedarnos en Perú, veamos otras culturas. Y, desde luego, este festival es para los jóvenes cineastas sobre todo...

¡Para los viejos cineastas también!
Claro. Si quieres ser escritor, cómo no vas a leer, ¿no? ¡Y cómo no vas a leer a los importantes y a los contemporáneos! Te venden Bayly, pero deberías leer a Coetzee.
Yo veo las películas peruanas y sufro. Por eso Madeinusa me ha parecido, aún con sus errores, muy importante para el cine peruano. Ha hecho cosas que no se hacían antes, como la cámara al inicio. Nadie había hecho eso nunca. Nadie hace dolly. Hay fotografía en la película… Trastabilla por otras razones, claro.
En cambio, ves Mariposa Negra y dices “¿Qué es esto?” ¿Cuántos años han pasado desde la aparición de los videos y la caída del gobierno? El suficiente como para darte una perspectiva histórica y social del asunto, ¿no? Y de eso no hay nada. Hay una película floja, sin alma, sin recursos. Yo veía la película y decía “plano abierto, dos personas conversan, luego plano cerrado, de ahí volver a abrir...” ¡Eso es A, E, I, O, U!
Por ahí uno cree que porque Melania Urbina grita es que está atravesada por un dolor, pero tú no crees eso. Eso es falso. Ves la ausencia de dirección de actores. Gustavo Bueno repite su papel de Habla Barrio... ¿Dónde está el director?

En el estadio, de repente.
Lo único por lo que lo felicito, es por la escena final. Es una metáfora, esa es una idea simpática. Yo creo que Lombardi... ¿puedo hablar de esto?

De lo que quieras. Por ahí ganas público.
Yo creo que lo que le falta a muchos cineastas es la referencia. Veía su película y decía “Lombardi tiene un estilo de filmar que se parece mucho a Alan J. Pakula, ese tipo de cine aburrido con intención social de describir tu momento importante en la historia. Debería ver esas películas para que vea cómo se filman.” Y esta muestra está un poco para eso, para ver otras maneras de ver cómo se filma.

Pero sobre todo a los jóvenes cineastas les viene bien.
Es que acá hay mucho material para tomar nota. Si te gusta el cine, vas, apuntas, haz tu tarea (“este director utiliza el dolly así, la cámara lenta así, el travelling así, el exterior lo filma así, el interior así, ilumina así...”) Si quieres hacer cine, mira, toma nota.
Es un muy buen momento para el cine en general. Ves The Wayward Cloud de Tsai Ming-Liang y son propuestas muy refinadas. Ves un cineasta terminal como Monteiro, un cine ya de muerte, ¡pero tratada con una festividad! O ves una Catherine Breillat que no tiene un puto pelo en la boca y hace Anatomía del Infierno, poniendo a Rocco Siffredi y a Amira Casar desnudos en una habitación blanca a hablar de sexo. O tienes a Oliver Assayas, un director poco conocido acá, con Demonlover, un manga porno en la superficie, pero por dentro es un thriller que se deshace, se desvanece y la películas se transforma en otra cosa... O tienes Werckmeister Harmonies de Béla Tarr... Disculpa que las frases sean tan categóricas, pero yo no creo que el cine contemporáneo exista sin Béla Tarr. Elephant no sería nada sin Béla Tarr.

Pero el público limeño ¿está capacitado para ver este tipo de cine?
Yo no creo que debería pasar más tiempo para hacer algo al respecto. Es arte, no se debe entender como una cosa extraña que no tiene forma. Se le da al espectador las herramientas necesarias para que pueda soportar el golpe y soportarlo bien. Suficiente.
Uno tiene la facilidad porque es cinéfilo y le gusta el cine, claro. Pero yo le he puesto a mi mamá las películas para que me diga qué le parece ¡y me dice lo que ningún crítico me puede decir! No intelectualiza las cosas, simplemente me da su opinión. Le mostré la de Hou Hsiao-Hsien y me dijo “Oye, se fue una época” ...y es verdad. Lo que logra hacer esa película es capturar los sesenta, cómo se veían las cosas en esa época, el tiempo, las relaciones interpersonales. Eso desapareció.
¡Cómo no te va a gustar ver al mundo, al ser humano, ver formas, formas humanas, gestos...! Esto es arte, es sublime y hay que transmitírselo a la gente. Es algo que necesitas consumir para poder tener una visión crítica y poder apreciar mejor las cosas. Necesitas tener las armas para poder decir “esto viene de aquí, esto de acá”. Es un trabajo largo, pero hay que empezar a hacerlo. (Entrevista: Mario Castro y Fernando Vílchez).


VER O NO VER
Sábado 9 de Diciembre, 7pm:
Three Times (2005), de Hou Hsiao-Hsien
(en chino, con subtítulos en castellano)

Domingo 10 de Diciembre, 7pm:
Flaming Creatures (1963), de Jack Smith
Fireworks (1947), Scorpio Rising (1964), Invocation of my Demon Brother (1969), de Kenneth Anger
(en inglés, con subtítulos en español)

Lunes 11 de Diciembre, 7pm:
Distant voices, still lives (1988), de Terence Davies
(en inglés, con subtítulos en español)

Martes 12 de Diciembre, 7pm:
Selección de cortometrajes de Stan Brakhage
Sombre (1999), de Philippe Grandrieux
(en francés, con subtítulos en español)

Jueves 14 de Diciembre, 7pm:
Fedora (1978), de Billy Wilder
(en inglés, con subtítulos en español)

Viernes 15 de Diciembre, 7pm:
Bad Lieutenant (1992), de Abel Ferrara
(en inglés, con subtítulos en español)

Sábado 16 de Diciembre, 7pm:
Ruleta China (1978), de Rainer Werner Fassbinder
(en alemán, con subtítulos en español)

Domingo 17 de Diciembre, 7pm:
Bilbao (1978), de Bigas Luna
Lugar: Cinematógrafo de Barranco

CINE PERUANO: MARIPOSA NEGRA


Mariposa Negra, de Francisco J. Lombardi
EL ICONO PRIETO DE LA VENGANZA QUE APRIETA EL CUELLO SIN ASFIXIAR...

En término de guión literario, nos hallamos ante la siguiente premisa : Joven profesora pierde a su novio, juez incorruptible, al ser brutalmente asesinado por orden de Montesinos, experimentando una transformación hacia un perfil vengativo implacable, pero con la ayuda de una joven periodista sensacionalista llegará hasta el sicario para matarlo e intentará llegar hasta el mismo Montesinos con igual fin.

Francisco Lombardi, epígono lateral de la balompedia y cineasta de género experto en coproducciones hispano-peruanas, partió de la novela de Alonso Cueto, Grandes Miradas, aunque su película, si es una "gran mirada", tal vez lo sea del lesbianismo perlúdico cuasicaracterizado en el personaje de Frayssinet durante la escena cumbre de un erotismo tercermundista, o de la prensa amarillista ilustrada "notablemente" mediante el personaje del señor Así es la vida o Así es mi voz.

A propósito del tópico sobre el amarillismo, Lombardi está impregnado de autoreferencias, por ejemplo Tinta Roja, o respecto a la corrupción política, Ojos que no ven, u homosexualidad, No se lo digas a nadie.Empero, existen tres factores subjetivos que están latentes en toda apreciación: la identificación, el ánimo coyuntural y el entendimiento; y un factor racional : el análisis formal o modo estructural conceptivo.

Es necesario aproximarse a un esquema hilemorfista (materia - forma); sin embargo, el denominador común tiende a la euforia acrítica valoradora primordial de la materia o contenido, cuando debería establecerse un eje de equilibrio. En ese sentido, el sentido original de la obra se accidenta contra los sentidos colaterales o connotaciones individualistas que los perceptores comunes adquieren. Muchos van de un extremo a otro.
Por ejemplo, tengo una amiga lesbiana disimulada que gustó mucho de No se lo digas a nadie (retrato de un homosexual secreto) y un conocido que debe ser heterosexual, especulo, aseveró que le pareció que Lombardi, al hacer esa película, hizo un acto de flatulencia.

Sin embargo, Mariposa Negra ¿qué características cualitativas positivas posee y qué negativas?

Esta pregunta es análoga a la perquisición obvia de los aspectos positivos y negativos del gobierno fujimorista.
A pesar de que Melania Urbina es la protagonista tanto lleva en su médula la carga dramática preponderante, y en efecto resulta mesuradamente persuasivo su registro gradual de la inocente y apacible profesora hasta la instintiva justiciera clandestina; Magdyel Ugaz ha caracterizado límpidamente el curso entre desenfadado y rudimentario de su personaje: la joven periodista sensacionalista que se conmueve en estado de redención y enamoramiento callado con el personaje de Urbina y decide ayudarla. Su mirada histriónica no resulta gigantesca pero sí grande, melancólica evasiva, al borde de la tensión sexual y en el meollo de la identidad errática.

La atmósfera opaca es uniforme, cualidad de significación putrefacta o sórdida o tanática, que se convierte por exceso en defecto; si bien es cierto que desde el prólogo hay la apariencia de un légamo criminal envolvente consecuente a la intriga como premisa, la protagonista es tan casta en la misma que parece un ángel atrapado en un infierno a priori y en realidad ese infierno surgirá ulteriormente.

El tono pretende ser áspero y lóbrego, no obstante, resulta lúdico debido al desenvolvimiento autópata de los partícipes secundarios. Por tratarse de una película actoralmente egocéntrica, no amerita que el resto del reparto se relaje Edwoodianamente; un ejemplo ilustrativo es Capote de Bennet Miller, donde hay simetría orquestal entre los secundarios y el protagonista, además de una puesta en escena que jamás se subyuga trascendiendo como personal.

El ritmo pretende ser ascendente y suspensivo, pero resulta accidentado, probablemente homólogo al de la novela original. Tragedia - historia de venganza - ficción lésbica - intento de magnicidio.

Especulo que Lombardi no se parece a Cueto, ni viceversa, pero frente al producto, Cronenberg estaría fascinado y a la vez nauseabundo por esta "Estética de los siameses".

¿Por qué no innovar al hacer algo que se sienta "Suprarrealista", es decir, una concepción ecuménica autónoma?
¿Por qué no explorar en la propia vena psíquica, y desarrollar realmente una catarsis?
¿Por qué no establecer un discurso ecléctico e irrepetible, exento de estereotipos sociales y arquetipos culturales?
¿Por qué no discurrir en temáticas insólitas y de prolijo alcance?
Y lo más sustantivo ... ¿Por qué no configurar un lenguaje fílmico tal que se sienta en el encuadre el parto de la cámara?
El cineasta debe primero jugar con la fantasía para luego transformarla en ceremonia.

La imaginación en el escape perfecto de la monotonía, por eso, si un cineasta es verdaderamente imaginativo, va a concebir una obra singular y compacta. La creación es el ósculo entre el intelecto y la sensibilidad. Hacer una ficción que se perciba como documental pero se sienta como ficción, sería una alternativa acertada, entre otras.

Podría un cineasta filmar a los personajes de Einstein y La Matahari bailando un tango debido a una máquina del tiempo, en blanco y negro pero el corazón de Einstein visible rojizo de sonoridad marcada, y de pronto se despierta de aquel sueño el protagonista , en un mundo que luce en sepia, y decide construir aquella máquina por lo que inspecciona el sótano de su nueva casa, y descubre por unos papeles que ese baile entre Einstein y La Matahari sí sucedió, y él es hijo de ambos; entonces, se convierte en asesino serial coleccionista de corazones humanos, ya que necesita la sangre cardiovascular de diez vírgenes mezclada con gasolina para hacer que vuelva a funcionar la máquina, y así viajar al instante en que fue crucificado Jesucristo y reemplazarlo para que su presente sea percibido otra vez en color, sin embargo, se equivoca y provoca que sea crucificado Judas Iscariote, propiciando que su presente sea ahora percibido como dibujo animado.

Una cadena de juiciosos testimonios urbanos me trasmitió que Lombardi había aseverado que su película trata acerca del universo femenino. Afirmar eso, es como negar que Meg Ryan fingió un orgasmo en una escena emblemática de Cuando Harry conoció a Sally de Rob Reiner.

Una mujer heterosexual, bisexual o lesbiana le replicaría :
"¿Quieres hacer una película que sea una minuciosa inspección del cosmos femenino?, entonces emula a Fele Martínez introduciéndose en la vagina de Paz Vega en el episodio sobre el hombre menguante de la película de Almodóvar Hable con ella, pero alucina aquello durante una fase de dismenorrea, y después de eso hablaremos sobre retratos femeninos complejos, honestos y fidedignos."

Mariposa Negra, en Lima hay muchos entomólogos taxidermistas que están tentados a incluirte en sus colecciones, y por ahí, hay algunos socialistas defensores que claman ingenuos pero nobles:
"No rechacen a la mariposa por ser negra". Un conspicuo alegato.
Alberto Angulo Chumacero

CINE PERUANO: LA PRUEBA


La Prueba, de Judith Vélez
LA CONTINUA SEQUÍA
¿Existe una identidad nacional? ¿Qué significa ser peruano? Algunas disciplinas científicas y artísticas han tratado de despejar esta pregunta con mayor o menor suerte en algunos casos. Las películas peruanas han ignorado esta interrogante o han fracasado en proponer alguna posición consistente al respecto. Aunque es difícil exigir películas con un modelo que integre los diversos fragmentos sociales que conforman nuestro país, tampoco ha existido una serie de películas que en conjunto pueda retratar la diversidad social, racial y cultural que llamamos Perú. En algunos casos develan prejuicios ancestrales y divisionistas (como es el caso reciente de Madeinusa) o visiones idealizadas de sectores olvidados como las zonas andinas (es el caso de las películas de La Escuela del Cuzco que tiene como abanderada a Kukuli[1]).

¿Era necesario este preámbulo? Sí, porque La Prueba es una película que aborda abiertamente el problema de la identidad nacional. Desde el inicio las pretensiones de la cinta son claras: de las imágenes del mar y el gris cielo limeño pasamos, inmediatamente, a la altura andina de Arequipa. Costa y Sierra. La Selva queda excluida, aunque no importa: no se puede abordar todo. Las primeras palabras que escuchamos son las de la radio que informa sobre la prolongada sequía que azota la región. Es importante la función que cumple la emisora radial en la película: posteriormente, la misma voz y la misma emisora (Chema Salcedo y RPP), anuncian un atentado terrorista, en un flashback que se remonta 13 años en el pasado. Sea sequía o terrorismo, el país no ha mejorado en demasía su situación: los peruanos siguen viviendo en la incertidumbre.

La Prueba es una road movie. La elección de este género no es fortuita, al contrario, está estrechamente asociada a las pretensiones del filme. La mayoría de road movies siempre han funcionado como un bisturí: ellas diseccionan un país o una región y hurgan en su interior, develando el lado menos amable o conocido. Estas películas suelen rescatar al ciudadano anónimo u olvidado, que en ocasiones puede resultar ser el más representativo de todo un país. Ahí están Easy Rider, A Perfect World o The Straight Story
para demostrarlo.

Toda road movie necesita un viajero. En La Prueba recae esta función en el personaje de Miranda (Jimena Lindo) que, como lo dice su nombre, mira y anda. Ella es una limeña de familia acomodada venida a menos. Su travesía tiene como objetivo encontrar a su padre, quien hace trece años huyó a Arequipa para escapar de la justicia, para después convencerlo de que regrese a Lima y salvar a su hermano gravemente enfermo, quien necesita urgentemente una transfusión de sangre para vivir. Su búsqueda coincide con una terrible sequía que asola la región.

En este viaje presenciamos la heterogeneidad y el divisionismo entre los personajes, que de alguna manera registra a la irreconciliable sociedad peruana, donde ni siquiera existe armonía entre mismos grupos sociales. Este antagonismo se ve representado en la pareja protagonista: Miranda y Saúl (Pietro Sibille), enfrentados por su lugar de origen.

Lástima que Vélez esquematice estos enfrentamientos y no ofrezca alguna lectura original. Saúl, por ejemplo, no deja de pronunciar hasta el hartazgo la palabra “limeñita” para referirse a Miranda. ¿Hay algo más que podamos decir?

Otra “originalidad” de la película es la construcción de la figura paterna. El padre fugitivo que abandona a su familia intenta ser una metáfora del Estado que desampara a gran parte de los peruanos. No es gratuita la corrupción del personaje y que se desempeñara como funcionario público. ¿Pero acaso esta información no es sabida hasta el cansancio por todos?

La cinta acaba con la lluvia que pone fin a la sequía, simboliza la esperanza, que no todo está perdido. Una reconciliación entre todos es posible: la lluvia funciona como elemento unificador y cae sobre los diversos personajes de la película. Hubiera sido preferible, sin embargo, que tal solución nazca de las acciones internas de los personajes y no dejarla en manos de la providencia.

Lo que más llama la atención es la dificultad que tiene Vélez para conectar al espectador con su cinta. Badiou afirmaba que una película es una batalla contra el caos que es inherente a la realidad; el triunfo consistía en convertir esa impureza en pureza. La búsqueda del padre, la sequía, los prejuicios, las disputas entre comuneros, la transfusión de sangre, los flashbacks, el valle del Colca, etc., son elementos que se encuentran dispersos y que jamás llegan a integrarse, a pesar de la existencia de un discurso que los unifica. Y es que este discurso nunca traspasa las barreras del guion, solo se llega a través de él de manera conceptual. Eso explica la distancia que genera con el espectador que jamás se llega a comprometer con la historia. Judith Vélez sucumbió al caos.

La elaboración de un buen guion es una de las tareas menos fructíferas de nuestro cine. La Prueba tiene un guion endeble, a pesar de estar firmado por Augusto Cabada (en co-autoría con Judith Vélez), un experimentado guionista, autor del texto de Bajo la Piel, uno de los mejores que se hayan hecho en nuestro país. Parte de la responsabilidad de esta representación esquemática recae en el libreto, así como la de los fallidos flashbacks que recorren toda la película que no nos dicen nada, solo enfatizan. ¿Qué aporta al argumento la historia del hermano enfermo? ¿Era necesario saber que era tímido?
Tal vez algunos justifiquen la presencia de estos flashbacks porque, de alguna manera, refleja la el desamparo e inferioridad de condiciones en que viven muchos ciudadanos, a pesar de que, en el papel, todos somos iguales ante la ley. Recordemos que el drama familiar en La Prueba refleja al país y sus problemas. Pero eso es, como dijimos, enfatizar. Antes de predicar cualquier alegato una película debe narrar una buena historia
[2] y de eso se olvida La Prueba.

La película se desvía por completo en algunos parajes. ¿Era necesario incluir un personaje argentino? Más desubicado aún es el ingenuo y manido debate entre el saber científico y el saber mágico-mitológico que sostiene Saúl con un campesino, que dicho sea de paso, provoca la secuencia más ¿poética? e innecesaria de la película: la representación de un ritual andino que invoca la lluvia.

Los manuales de creación cinematográfica más básicos advierten sobre el peligro de la redundancia, pero a pesar de ello es uno de los más frecuentes en las películas. La Prueba no es la excepción y está repleta de imágenes que grafican, sin aportar nada, lo que ya se sabe de antemano. ¿Era necesario que Gianfranco Brero haga el ridículo al huir infantilmente de su hermana? Solo podemos agregar que esta escena ingresa a nuestra selección de lo peor del cine nacional.¿A quién se le ocurrió llamar a la bodega del padre como “La escondida”? ¿Acaso no nos había quedado claro que había pasado a la clandestinidad?

La Prueba tiene un grueso error técnico: durante el transcurso de la película aparece en cuatro ocasiones el boom. ¿Cómo debemos reaccionar quienes percibimos semejante ultraje contra el convenio tácito de tomar como verdadera una ficción? Un error de menor envergadura es la fotografía en ciertos tramos de la cinta. Cuando Miranda y Saúl viajan dentro del carro la imagen adquiere tonos amarillos, que acentúa la sensación de sequía que asola los parajes. Sin embargo, apenas los protagonistas salen del auto la fotografía se torna azul como el cielo de Arequipa. Si estamos frente a una cinta de clara vocación realista, ¿cómo se explica esto?
Este desfase en la fotografía perjudica la continuidad de la película. Pero, a pesar de estos problemas, podemos afirmar que La Prueba tiene un alto nivel técnico.

Justamente algunos rescatan este aspecto de la película, como si se tratara de una gran virtud. Discúlpenme, pero tengo algunas consideraciones que me impide compartir tal entusiasmo:

1) Existen grandes películas con un deficiente nivel técnico
[3].
2) La calidad técnica de La Prueba no rescata a la película de la mediocridad. En todo caso su impecable acabado responde sobre todo a un respeto por el público.

Las actuaciones. Cada vez decepcionan más nuestras actores consagrados. Uno de los aciertos de Claudia Llosa fue el riesgo que tomó en confiar en rostros nuevos para su película (a pesar de que no haya logrado un rendimiento actoral uniforme). Judith Vélez apostó por nombres experimentados, sin embargo el resultado no pudo ser más decepcionante. Jimena Lindo no aporta los matices que hubiera hecho más interesante a su personaje y, especialmente, a la película. Pietro Sibille está lejos de repetir el nivel exhibido en Días de Santiago, aunque la responsabilidad no sea todo suya, ya que su personaje es intrascendente desde el papel. Gianfranco Brero solo es rutinario.

¡Cuánta diferencia hay con Kiarostami¡ En sus películas, el iraní sí desentraña su país a través del automóvil. Él sí conoce a la gente de su país, y si bien emplea figuras arquetípicas (el religioso en El sabor de la cereza o la puta en Ten) jamás llegan a ser adornos o personajes reactivos sino seres vivos y funcionales.

La Prueba es una película intrascendente, innecesaria, anodina. El cine nacional sigue en una sequía de buenas películas de, por lo menos, 10 años, que ni siquiera Días de Santiago o Madeinusa, las mejores películas de ese periodo, pueden atenuar.
Robinson Díaz Sifuentes

[1] Una anécdota: Kukuli fue exhibida en París por su director, Luis Figueroa, y tuvo como público privilegiado nada menos que a los surrealistas, con Breton a la cabeza. Ellos, entusiasmados, consideraron el filme como auténtico “Cine Inca”. Lástima que no se hayan enterado que han pasado centurias desde que los Incas desaparecieron .
[2] Obviamente, esta norma no se ajusta a todas las películas, como las cintas experimentales de Brakhage o McLaren, entre otros. Pero es aplicable a la mayoría de películas, incluida La Prueba.
[3] Ejemplos: las películas neorrealistas, La noche de los muertos vivientes, Pink Flamingos, etc.

CINE PERUANO: TALK SHOW


Talk Show, de Sandro Ventura Mantilla
¿LA REALIDAD COMO MATERIA PRIMA DE UNA OPERA PRIMA POR ESTETAS OPERATIVOS DE PRIMARIA?


Un abanico pseudo-documentalista o reportajístico de opiniones alusivas de algunos personajes, emulando insulsamente el registro alternativo esparcido entre "Cassavettesiano" y "Alleniano" de Sidewalks of New York de Edward Burns porque pretende ser original cuando en efecto no lo es (Ventura debería aventurarse a ver más cine selectivo, y así tal vez hacer honor a su apellido paterno), es la superficie narrativa, junto con un sistemático despliegue tridimensional de carteles temáticos sugerentes infantiles relativos al título general, de esta película anatómicamente independiente y, por eso mismo, irónicamente catastrófica.

Si bien es cierto, como espectadores básicos o instintivos buscamos, inconscientemente o no, identificarnos con algún retrato o en alguna coyuntura de la diégesis convencional de la historia, como críticos responsables o conscientes buscamos algo más que una esquemática ficción : un discurso a través de un enfoque escénico.

No obstante, conceptualmente, nos distanciamos de una estructura que persigue ser pluriforme entre el juego visual y el coqueteo genealógico, es decir, una comedia de relato filmológico elaborado e innovativo, pero finalmente se siente dispersamente uniforme : muchos vacíos de cohesión y dos instantes concebidos con sutileza y soltura … la psicoanalítica alternancia pictórica del ejecutivo masturbándose ante la fotografía de su esposa en el baño de la oficina, y la esposa de él y su mejor amiga (amante de él) en la casa de ellos forcejeando por abrir una botella y la tapa se impulsa contra la fotografía de la madre dominante de éste derribándola; y el casi frenético paneo ante el enfrentamiento de las dos amigas por el esposo de una de ellas.

Por otro lado, se cumple un fenómeno latente :el individuo promedio de un país subdesarrollado tiende, no porque éste se subyugue al sistema o sea inepto, a responder, paradójicamente, con aversión al reflejo realista negativo de él o del otro conciudadano, que contribuya a la proliferación de aquel nocivo subdesarrollo al que estamos, unos más que otros, acostumbrados. Lamentablemente, el inope guión literario incluye reiterativamente como gag verbal la palabra ¨huevón¨ y otros términos de jerga urbana, desembocando en un abyecto exceso.

De la intención transgresora del estereotipo a la escenificación, los personajes resultan apenas esbozados y abortados en una búsqueda de un estado depurado entre el tono y el ritmo.

Subsiste impetuosamente un influjo teatralista que desequilibra una atmósfera que podría haber sido de reverencia sensorial y sensitiva. El producto unitario oscila entre el sketch y el video clip.

Ominosa la saturación de inserción de canciones de Pedro Suarez-Vertiz o ¨Peter¨, el locutor radial que él parodió denigrantemente en una de las escenas, causando una descriptividad anexa y kitsch en un escenario que debió estar exento de un cliché de dinámica musical, y así ser verosímil.

Según usted, señor Ventura Mantilla, los personajes de su película sólo bordean la caricatura, entonces ¿para usted el arte del claun es el origen del melodrama?

Existe un relativo compromiso de farsa, sin embargo, pudo haber sido más explotado y enriquecido durante el clímax como por ejemplo en Happiness de Todd Solondz.

No basta tener una idea si el lenguaje concebido se torna rígido en una intención estética y en un pulso estilístico quebradizo ante lo anterior. La propuesta no debe ser un insulto a la autenticidad.

¿Tendría usted sexo con La Gioconda solamente porque alguien ha agujereado el cuadro, y creería que ha ¨hecho el amor¨?
Alberto Angulo Chumacero.

CINE PERUANO: DESDE BAIRES


Ego, de Rossana Alalú

Primera tarde de verano bonaerense. Considero un poco riesgosa la exhibición de un mediometraje en plena tarde de mates y captura obligada de rayos solares. Cine Atlas Recoleta. Diez para las cinco. Aún no llega nadie. Pasan porteños y turistas paseando perros, niños y novias desde el Parque Francia hacia sus hoteles y monoambientes. He avisado a cuantos conozco sobre este Festival de Cortos, 93 en una semana, pero de los que es casi imposible conseguir información alguna. La mala espina que da el cine peruano no alienta a mis paisanos, infiltradísimos aquí, a venir. Esto a pesar de mi explicación de que se trata de Rossana Alalú, y no de la última película de Pancho Lombardi, pero claro, la desconfianza ya esta instaurada. Entrada: 3 pesos, pero de nada sirve. Tal vez sea un tema de promoción, claro, no es OneDotZero ni hay anfitrionas de DASANI y Halls al lado de gráficos onda MTV. Resultado: 7 personas entre 400 butacas desocupadas, dos peruanas, tres colombianas, una de las actrices y el que, supongo, es el organizador. Una lástima realmente.

Una hora después ya me he reído muchísimo con algunos guiños limeñísimos a la argolla limeñísima educada con “Rigobertos“ y egos conocidos. No me interesa mucho juzgar este sistema -finalmente, no se puede vivir al margen-, pero, si la intención era hacer una crítica a un grupo social ¿por qué utilizar códigos sólo comprensibles para la misma argolla de la que se hace mofa?. Las chicas colombianas se perdieron de muchas cosas con las que yo podía morir de risa. Mi amiga peruana se perdía y aburría cada tanto. A mí, personalmente, la edición de las opiniones “eruditas“ frente al producto de Antonio Solís de Armendáriz me pareció genial, igual que el detalle del nombre y ocupación del padre. Pero me incomoda pensar que sólo aquellos relacionados a la famosa argollita limeña podemos disfrutar plenamente de este guión. Al final, reproducimos la misma segmentación. También el acceso a esta crítica queda restringido, se reserva el derecho de admisión.

En lo que respecta a los actores, Johan Mendoza resulta insoportable, en extremo, y, a pesar de que me parece que es un detalle que se pretende aprovechar, creo que su dicción es en extremo perjudicial para el guión y el oído. Las escenas de Yerovi en la intimidad de su baño resultan más ilustrativas que activas, aunque grupalmente funcione bien. Como siempre, y aquí nuestro cine es especialista, las escenas de sexo, desde los coqueteos, resultan forzados, aún en la soledad frente al espejo. En nuestro cine, la sutileza parece ser un recurso desconocido y desaprovechado, algo paradójico en una sociedad en la que lo sutil del rito sexual, llámese hipocresía si se quiere, es uno de los rasgos más característicos. Valdría la pena el intento de aprovecharlo y evitar caer disfuerzo tradicional. La última escena, en la que Carolina Barrantes intenta actuar con una soltura imposible sin obtener respuesta alguna, es una lección de lo que todo director debería recordar siempre: todos los personajes en escena deben estar en acción, no sólo el que tiene la palabra.
A pesar de los puntos “flojos“ del corto, y después de ver “1,2,3, digan chiiis“, creo que es notable el desarrollo presentado por Alalú, y aún más notables sus ganas de no hacer un cine de trillado tono social, elección altamente aplaudible y en la que por suerte, para nosotros espectadores, no está sola. Hay muchas cosas que me parece tendría que profundizar, pero para eso está el tiempo y la práctica. Habrá que esperar y ver. Y qué bueno que podamos verla aquí. Casi no me arrepiento de haber perdido mi soleada tarde. Por ahora quedo a la espera del estreno de Chicha tu madre, y de que no pasen la de Lombardi, no quisiera que nadie se arrepienta de perder su noche, y al parecer el cine que se hace en el Perú podría tener cosas más interesantes que ofrecer.
Claudia Von Maldonado

18 FESTIVAL DE CINE EUROPEO



No están todas las que son, pero son todas las que vimos. Nos vemos.

BLACKBOX BRD


Blackbox BRD, de Andres Veiel
Las piezas son rostros, que sienten, que hablan. Recuerdan. No entienden. La construcción de le película es lenta, trabajosa, pesada, alemana. Quienes los conocieron empiezan por los hechos, pero de forma imperceptible, escapan revelaciones. Uno de los banqueros más poderosos de Alemania está muerto. No es casualidad, es asesinato. Uno de los presuntos asesinos es la otra mitad de esta historia. El reverso del éxito, del llamado con orgullo (y para otros sordo, ciego y mudo) milagro económico. Y ambos hombres tienen cosas en común: su origen humilde y su necesidad imperiosa de alcanzar alguna utopía. De la intersección finalmente trágica de estas vidas paralelas se dibuja un retrato problemático, sensible y deliberadamente incompleto del terrorismo en Alemania y de las utopías dopadas por la fuerza del dinero. Documental sorprendente por ese toque de ficción otorgado al material, y francamente muy superior a otro que trata de una temática en muchos puntos similar: La pelota vasca, de Julio Medem. La gran diferencia está en que Blackbox no desliga lo político de lo íntimo y que no se despega nunca de lo concreto. (Mario Castro).

BUENOS DÍAS, NOCHE


Buenos Días, Noche, de Marco Belocchio

El estilo con el que Bellocchio filma el encierro del político líder político italiano Aldo Moro -década de los ’70- transmite una atmósfera de opresión, sombría tanto visual –por una fotografía que privilegia la utilización del claroscuro dentro del lugar donde se encuentra secuestrado Moro-, como sonoramente –por el uso de diversos tipos de melodías potentes-. La libertad con que el director ha reconstruido los hechos permite combinar el drama con ciertos toques de thriller-político, y no como hubiera sido lo usual en este tipo de filmes: la presentación de una cinta dramática a secas, o de acción pura.
Lo más interesante de la película es el modo humano- alejado de cualquier idealización o condena- con que se muestra a los secuestradores; vemos a estos con sus contradicciones, expresiones de afecto, debilidades, etc., sin caer en esquematismos de ninguna clase. Antes bien, son personas que poseen matices de carácter como los de cualquier persona. En cuanto a Aldo Moro se percibe por parte del director una mirada comprensiva mas no indulgente.
El amargo desencanto exhibido en Buenos Días, Noche, tras la ejecución de Moro, se recluye en la cerrazón de una izquierda integrada muchas veces por jóvenes cuya vehemencia y mala interpretación de las ideas socialistas condujo a creer que la salvación de la humanidad estaba en sus manos, así como por la inacción de una derecha reaccionaria y estática que sólo se miraba así misma. (César Guerra).

EL ADVERSARIO


El adversario, de Nicole García
Cantet, con el mismo tema realiza una película que, superficialmente, aparece como más perfecta, pero que en definitiva es menos importante y profunda, El Empleo del Tiempo. Aquí, hacer sentir la complejidad (más cerca de la historia real que las dos películas comparten) exige abrir interrogantes sin pretender que puedan cerrarse. Abrirlas, para ubicarse, de ser posible, en el centro doloroso de lo inexplicable. Abrirlas, para que no sea una película meramente melodramática o dramática, para que sea más: perturbada y perturbadora, fría en apariencia, trágica. Por eso el estilo, siendo igual de cotidiano tiene algo insondable que desasosiega por su casi robótica y ciega fatalidad.
Decir que se trata de un hombre partido en dos es correcto, e insuficiente. Reconocer que el peso de las apariencias es decisivo a la hora de tomar la decisión de fingir otra vida es obvio pero es una herramienta inútil frente a la sensación de inevitabilidad del horror subsiguiente. García logra que tomemos contacto directo con el personaje, es decir, con lo que no entendemos. Auteiul es un enigma. Su angustia es la del parecer, que no puede 'ser'. La del ser-para-los-otros, y ya no para sí. El Adversario, funciona, entonces –no creo que sea poco–, como recusación feroz de la idea que reza que el mundo puede salvarse en virtud de las apariencias. (Mario Castro).

EL ODIO


El Odio, de Mathieu Kassovitz (1)


A pesar de que con poco de esfuerzo podía notar que las cosas no estaban del todo bien, regularmente bien, para nada bien (todo lo contrario), yo no estaba al tanto de lo que ocurría, ceguera natural o quizá voluntaria porque nunca nadie quiere ser el primero en decirlo en voz alta porque nunca se ve bien que alguien alce un poquito la voz (no hace falta gritar) y diga lo evidente: “hay algo que no está funcionando en este lugar”, tremenda obviedad... y por obvio, ridículo y pretencioso, y “si no te gusta seguir por acá, ¿por qué mejor no te vas a vivir a Europa?” escuché decir (originalísimos) a algunos, como si también no nos hubieran pintado París de una manera tan linda, tan romántica, tan iluminada, con aguacero y todo, y resulta ser también una ciudad violenta, racista, con una carga espiritual completamente oscura y no estoy hablando de la película sino de lo que cuentan quienes ahí han estado, así como no estoy tan seguro que la cinta tenga un tono exagerado, aunque no todo puede ser violencia (¿o sí?), veamos, los vecinos queman autos en los suburbios, los niños le gritan al alcalde que se cagan en él y en mil más, entras a una sala de cine y todo es explosiones y balazos, prendes la televisión para encontrarte sólo con noticias espeluznantes, cualquier lugar es bueno para empezar una pelea (tu amigo está en el hospital y no puedes entrar a verlo, te apetece entrar a una discoteca y el gorila de la puerta te lo impide, en las galerías los artistas misérrimos de la sociedad se aplauden entre ellos, no importa la insignificancia de sus obras), de veras que terminas con las neuronas atrapadas por más que suene Bob Marley o Cut Killer, y si te coge la policía, ¡estás perdido!, ahora tú eres el juguete de la noche y los polis buscarán perfeccionar sus pequeñas técnicas torturadoras contigo, y entonces puedes entender que lo terrible no es la tortura en sí (nada más lejos, muchacho) sino lo terrible es que quienes la practican no le encuentran nada de problemática, y desde luego no hace falta ver una película efectista que cada cinco minutos te sacude con golpes sonoros o con travellings imposibles para saber eso, sino basta el deseo de estar al tanto de lo que ocurre, donde la moda del nuevo milenio es regresar a los viejos milenios, a la horca, al fusilamiento y al desinterés, y solamente me queda vivir de la mejor manera cada día porque este planeta en cualquier momento revienta (y quizá sea lo mejor que nos puede pasar), pero por mientras, repitamos quietecitos y en voz baja: jusqu'ici tout va bien, jusqu'ici tout va bien, jusqu'ici tout va bien.

Con películas como ésta, descubro nuevamente que mi paciencia se largó. (Fernando Vílchez).


El Odio, de Matthieu Kassovitz (2)


¿Y los pobres, cómo viven? Evidente. Como en una película en blanco y negro. Así los filmas. Entre otras cosas, hay un aire postpunk -con soundtrack hip hop-, un ambiente un poco de comic, y una cierta suciedad “documental”. No hay futuro, no hay pasado, no hay presente. No hay nada. Perdón. Hay algo. Hay odio. Y hay estado de sitio. Los policías mantienen como pueden la parodia del orden. Una pistola es más sexy que una mujer. Un árabe, un africano y un judío, en un feo París tercermundista, están unidos en el viaje a zapato limpio y callejero a ningún lugar posible. El clima de vacuidad y amenaza exaspera y fascina. El tic tac de un reloj nos anuncia que la moraleja sonará a explosión. Y en algún precioso momento, la Torre Eiffel se apaga, hecha, toda ella, un triste foco malogrado. (Mario Castro).

LA DAMA DE HONOR


La dama de honor, de Claude Chabrol
¿Sátira brillante de la patología más famosa? ¿Torcida pero sincera, declaración de fe en los poderes puros e incorruptibles del amor? Chabrol juega, con deleite y sin piedad, con el mito central de nuestras vidas. Si es una enfermedad, nos mantenemos vivos solo gracias a ella. Y si es la cura, no hay duda: nos puede matar. La mujer de tus sueños (el chiste de la cabeza esculpida es más que un chiste, es absolutamente en serio) tiene porte exótico, es romántica y si de algo no carece es de audacia. No se sabe si está loca, o si se sabe que está loca, mejor así, o ya qué importa. La historia parece contarse sola, de tan “clásica” que es. El espíritu del Hitchcock de Vértigo está de alguna manera rondando por ahí. La unión, al parecer psicológicamente indispensable de romanticismo y crimen no se hará esperar. Esta historia de amor loco, puede, de tan absorbente, lograr que te sientas succionado de vuelta al útero. (Mario Castro).

L'ESQUIVE (1)



L’esquive, de Abdellatif Kechiche(1)


Quiero a estos personajes como si existieran. ¿Pero por qué me interesan tanto? Me parecen tan reales que creo que si voy por ese barrio me los voy a encontrar. Hay tanta comprensión para con ellos que no sentimos que nada de lo que les interesa sea banal, tal es el poder de este director para involucrarnos. Hay una obra de teatro a representar, que sirve para graciosas escenas y como espejo fiel de la situación en que están. Es un barrio de la periferia de París, de inmigrantes árabes. Un chico se enamora de una chica (nada más maravilloso y también común) y entonces asistimos a sus esfuerzos por conquistarla, de una tan torpe como entrañable heroicidad. Como en cualquier historia de amor las cosas se complican. Una escena de helada brutalidad policial contra este grupo de chicos reajusta la película entera. Independientemente de esto, la película trasciende admirablemente la denuncia o crítica social. Porque al director le interesan apasionadamente las personas y no solo las ideas, por más nobles que éstas sean. Porque no hay, en último análisis, nada más noble que tratar de entender. Pero para eso, primero hay que atreverse a sentir. Gracias, Abdellatif. (Mario Castro).



L’esquive, de Abdellatif Kechiche(2)

Algo extraño sucede con L’esquive. Al salir de ver la película uno tiene la impresión de que la contundencia y fuerza de sus últimas escenas (la de la violencia policial, principalmente) nos han aclarado el objetivo central de la película, que sería ilustrar la tesis de que la violencia y la agresividad a flor de piel de los jóvenes de los suburbios parisinos tienen su origen en la necesidad de liberar el odio y resentimiento generados como consecuencia del continuo maltrato y discriminación que sufren por parte del resto de la sociedad francesa (en este caso, ejemplificada por la policía).

Así explicada, L’esquive pareciera ser solo o principalmente una película social o política. Pero no lo es. Hay en ella una clara intención de hacernos partícipes del mundo grupal e individual de estos adolescentes, de sus miedos, anhelos, tristezas, deseos y alegrías, de todo un universo de sentimientos que trasciende la sola problemática social. Esta intención logra plasmarse de manera tan realista y fiel (gracias a actuaciones que no parecen tales, close-ups precisos y exploratorios, encuadres ligeramente temblorosos) que se consigue que este mundo juvenil adquiera vida propia, respire por sí solo, se mueva según sus propias leyes y fuerzas, y no sea representado como un mero receptáculo de las presiones externas. El estereotipo del joven victimario no es reemplazado, felizmente, por el del joven víctima.Nos damos cuenta de lo anterior cuando reparamos en que la sensación de fragilidad y vulnerabilidad que los hace actuar de manera violenta y agresiva no es solo un producto de las presiones externas (discriminación y maltrato hacia los inmigrantes y sus descendientes, fenómenos muy propios de la sociedad francesa), sino también de las presiones internas que se viven al interior de cualquier grupo de adolescentes en cualquier lugar del mundo. La película parece llevarnos a que nos planteemos la siguiente pregunta: ¿Esa agresividad verbal desmesurada que nosotros consideramos como uno de los rasgos característicos y peculiares de los jóvenes de los suburbios parisinos no es acaso una reacción común que todos hemos experimentado muchas veces (no solo de adolescentes sino incluso de adultos) cuando nos hemos sentido absolutamente frágiles y vulnerables?

El miedo a terminar una relación amorosa y sentirse sola (Magalie), la sensación de sentirse disminuida y opacada por otra persona (Frida), el miedo a ser mal vista por los miembros del mismo grupo (Lydia), el temor a hacer el ridículo y no ser correspondido (Krimo), todas ellas conforman un conjunto de emociones que nos son muy conocidas, y ante las cuales hemos reaccionado muy probablemente de manera semejante (por supuesto, es cierto que tal vez haya una diferencia en la intensidad de la agresividad, pero a lo que apunto es a que el “mecanismo” explicativo de estas reacciones es de algún modo el mismo). La grandeza de la película reside precisamente en que rompe con el estereotipo del joven violento de suburbio al hacerlo muy parecido a nosotros, al provocar que sus historias nos recuerden a las nuestras. (Jesús Pacheco).


L'ESQUIVE (2)


L’esquive, de Abdellatif Kechiche

Algo extraño sucede con L’esquive. Al salir de ver la película uno tiene la impresión de que la contundencia y fuerza de sus últimas escenas (la de la violencia policial, principalmente) nos han aclarado el objetivo central de la película, que sería ilustrar la tesis de que la violencia y la agresividad a flor de piel de los jóvenes de los suburbios parisinos tienen su origen en la necesidad de liberar el odio y resentimiento generados como consecuencia del continuo maltrato y discriminación que sufren por parte del resto de la sociedad francesa (en este caso, ejemplificada por la policía).
Así explicada, L’esquive pareciera ser solo o principalmente una película social o política. Pero no lo es. Hay en ella una clara intención de hacernos partícipes del mundo grupal e individual de estos adolescentes, de sus miedos, anhelos, tristezas, deseos y alegrías, de todo un universo de sentimientos que trasciende la sola problemática social. Esta intención logra plasmarse de manera tan realista y fiel (gracias a actuaciones que no parecen tales, close-ups precisos y exploratorios, encuadres ligeramente temblorosos) que se consigue que este mundo juvenil adquiera vida propia, respire por sí solo, se mueva según sus propias leyes y fuerzas, y no sea representado como un mero receptáculo de las presiones externas. El estereotipo del joven victimario no es reemplazado, felizmente, por el del joven víctima.
Nos damos cuenta de lo anterior cuando reparamos en que la sensación de fragilidad y vulnerabilidad que los hace actuar de manera violenta y agresiva no es solo un producto de las presiones externas (discriminación y maltrato hacia los inmigrantes y sus descendientes, fenómenos muy propios de la sociedad francesa), sino también de las presiones internas que se viven al interior de cualquier grupo de adolescentes en cualquier lugar del mundo. La película parece llevarnos a que nos planteemos la siguiente pregunta: ¿Esa agresividad verbal desmesurada que nosotros consideramos como uno de los rasgos característicos y peculiares de los jóvenes de los suburbios parisinos no es acaso una reacción común que todos hemos experimentado muchas veces (no solo de adolescentes sino incluso de adultos) cuando nos hemos sentido absolutamente frágiles y vulnerables?
El miedo a terminar una relación amorosa y sentirse sola (Magalie), la sensación de sentirse disminuida y opacada por otra persona (Frida), el miedo a ser mal vista por los miembros del mismo grupo (Lydia), el temor a hacer el ridículo y no ser correspondido (Krimo), todas ellas conforman un conjunto de emociones que nos son muy conocidas, y ante las cuales hemos reaccionado muy probablemente de manera semejante (por supuesto, es cierto que tal vez haya una diferencia en la intensidad de la agresividad, pero a lo que apunto es a que el “mecanismo” explicativo de estas reacciones es de algún modo el mismo). La grandeza de la película reside precisamente en que rompe con el estereotipo del joven violento de suburbio al hacerlo muy parecido a nosotros, al provocar que sus historias nos recuerden a las nuestras. (Jesús Pacheco).

LA FLOR DEL MAL


La flor del mal, de Claude Chabrol
Pensaba en un principio que esta película, pese a ser divertida, pecaba de facilista e irreal. Luego de enterarme de la existencia triunfal de Ségolène Royal, la cosa cambió. Como la probable futura presidenta de Francia, en el vientre de alquiler del Partido Socialista, nuestro personaje derechista en realidad, predica pequeños cambios para la gente. Pero en la familia de la ficción yacen ocultos (no tan ocultos) un pasado nazi, traiciones, asesinatos, incesto. El odio al burgués de Chabrol es fructífero y se diría que inagotable. El juego de máscaras es preciso, como una danza. El trazo grueso (incluso musical) que a veces se da, lo entiendo como una muestra impaciente de desprecio. Al final, la candidata de la ficción triunfará. Y un asesinato purificador hará que la venganza te deje en la boca un sabor dulce de preverso final feliz. (Mario Castro).

LA PROMESA, DE LOS DARDENNE



La Promesa, de Jean-Pierre y Luc Dardenne (1)


¡Aplaudamos a los Dardenne! Porque su cine es el que aspira a ser un cine de artesanos y no de artistas. Porque artesanos son también sus personajes –albañiles, costureras, carpinteros- pero debajo de cada manualidad fastidiosa existe una terrible pregunta que enfrenta nuestros sentimientos con las relaciones humanas. Porque esa pregunta es honesta en su planteamiento, pero siempre queda abierta, nunca nos dan una respuesta clara y nuestras cabezas terminan más inquietas.

¡Aplaudamos a los Dardenne! Porque dominan su fotografía de tal manera que, con falsa modestia, nos quieren hacer creer que únicamente filman como si de un documental se tratara, persiguiendo a los protagonistas con una cámara temblorosa y todo eso… pero la exquisitez de su técnica los delata (la primera escena de Rosetta, y etcétera). Porque manipulan el montaje con tal seguridad que cada corte es realmente necesario y cada transición de escenas te puede afectar emocional y hasta físicamente si estás enchufado (el puñetazo a Igor, en La promesa, y etcétera). Porque utilizan el sonido con la dedicación que semejante recurso expresivo merece, recordándonos que no tiene que haber música o gritos para sentir la angustia de un personaje (los silencios y el sencillo sonido de la carpintería en El hijo, y etcétera).

¡Aplaudamos a los Dardenne! Porque utilizan su técnica para presentarnos a seres aislados de la sociedad, tan necesitados de reconocimiento como de dinero, posesos de una aflicción hecha misterio desde el inicio de cada film, capaces de varias atrocidades para sobrevivir. Porque lo hacen con un criterio distinto al de la mayoría de películas: ocultando intenciones, conteniendo las actuaciones, prescindiendo de prejuicios morales sobre ellos. Porque sus actores son increíbles al punto de emocionarnos con un mínimo gesto, dejándonos a nosotros como favorecidos testigos de una seductora fusión (Jéremie es Igor, Émilie es Rosetta, Olivier es Olivier).

¡Aplaudamos a los Dardenne! Porque evitan los grandes presupuestos para mantener su independencia, porque cada nueva cinta parece más exquisita que la anterior, porque hablan de la inmigración o el desempleo para hablarnos además, también, en realidad, del perdón y la redención, escapándose así de la etiqueta del “cine social”.

Decían que El niño, su última película, se iba a estrenar en salas limeñas. Ahora el rumor ha descendido. En ese caso, ¡aplaudamos al pasaje 18 de Polvos Azules! (Fernando Vílchez).


La Promesa, de Luc y Jean-Pierre Dardenne(2)


Lo frágil, lo fugaz, lo urgente, lo inestable. ¿Cuándo hay paz? La película es ver, casi solo ver, lo que hacen cuerpos, manos. Movimientos: físicos, músculos tensos, emociones concentradas, paralizadas, lentas, movedizas, registradas con seca veracidad y que son siempre significativas. Recuerdo una rápida escena: incluso el simple acto de cruzar una calle, por la velocidad y el ruido y el smog de los autos, hace que te sientas invadido, agredido. La ausencia de solidaridad, que luce omnipresente, hace de las ciudades la más peligrosa de las selvas. El prójimo, el otro, ya no es tu hermano. Así que aprovéchate de él. Déjalo morir. Herencia de Bresson: solo al final hay un gesto, de esperanza en el horror, una esperanza de algo que tal vez se parezca a la reconciliación. (Mario Castro).